Iba todo bien hasta que en el motel demostró que su cuerpo era más fuerte que amor de madre

Me puse a pololear hace un mes con un compañero de universidad. Salimos hartas veces, conoció a mi familia y todo perfecto, hasta que el sábado pasado nos fuimos en más allá de los besos y tuvimos por primera vez nuestra entrada a un motel.

Doctor Cariño:

Me sucedió algo terrible, doctor. Me puse a pololear hace un mes con un compañero de universidad. Salimos hartas veces, conoció a mi familia y todo perfecto, hasta que el sábado pasado nos fuimos en más allá de los besos y tuvimos por primera vez nuestra entrada a un motel. Partimos con besos y abrazos y cuando llegó la hora de sacarse la ropa se produjo una explosión de olores terrible.

Me dieron ganas de vomitar, se me pasó la excitación y falleció cualquier ganas de manifestar algo cuerpo a cuerpo. Él se vistió, yo también, no comentamos nada y no me llamó nunca más. Lo he tratado de contactar porque lo extraño, pero él no me responde. No sé qué hacer, mi doc. Es raro todo esto. Pero usted es un maestro y me dará la solución.

Catalina

Cata

Si mi pócima fuera un gran jabón y un desodorante para su Hércules, le juro que se la daría, pero creo que ahí existe algo más que un problema puntual en un motel. Faltó la comunicación entre ambos para abordar el tema en el momento. Se podría haber bañado allí, quizás pisó caca en la calle, a lo mejor tiene problemas en el PH o, de frentón, es malo para el agua. Pero faltó la conversación y eso fue error de ambos.

Si usted lo extraña y no le contesta sus llamadas, vaya a su casa y convérsele. Debe haber sido un problema equis, ya que en todo este tiempo una persona desaseada se hubiese detectado con o sin ropa. Y si usted dice que esto pasó sólo ese día, hubo algo que se debe conversar. Hágalo y Pepe Lepuf le contestará. Suerte.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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