Perdió la cabeza y algo más en un club nocturno y ahora no tiene para pagar la universidad

Estoy arrepentido, porque el viernes pasado salí con mis amigos y me gasté 300 lucas en un topless rasca y ahora debo pagarle la universidad a mi cabro y no tengo niuno.

Doctor Cariño:

Estoy arrepentido, porque el viernes pasado salí con mis amigos y me gasté 300 lucas en un topless rasca y ahora debo pagarle la universidad a mi cabro y no tengo niuno. Más encima la niña que conocí me llamó y mi esposa me pilló el número y unos mensajes medios ardientes antes de que sonara mi aparato.

Me fui de negativa hasta morir, inventé una despedida de soltero, que se me apagó la tele y que ella buscaba a un compañero que le dio mi número como broma. Más allá de ello, el tema de mi hijo me preocupa mucho y no sé de dónde sacar la plata. Siempre fui ordenado con ese pago hasta que caí en la perdición por culpa de ese mismo amigo que me realizó la fatídica humorada. Ayuda,

Juan José

Juanjo:

No me venga a vender la merluza a mí caballerito, porque nadie le pone el copete en la boca ni lo hace caminar por arte de magia a ese local de luces rojas con olor a perfume y cigarro mojado.

Si usted se atendió y quiso manjar, ya lo hizo y le costó trescientos mil. Ahora, agarre un tarrito de otro manjar y váyase a la universidad a arreglar el tema de su hijo.

Si usted fue ordenado en todos estos meses con el pago, es lo más probable que le prorrateen la cuota en las restantes o le aceptarán un abono. Eso es fácil y se hace.

Lo difícil es enderezarlo a usted, pues si sigue en esas andanzas de quedar turnio en aquellos establecimientos de mala muerte, quedará sin ni uno, su hijo no podrá ser un profesional y su esposa le dará una patada que se escuchará hasta en Isla de Pascua. No salga más si no sabe tomar.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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