Sufre porque pilló a la polola en plena infidelidad y se quedó calladito

Doctor del amor:

Sé que puede encontrarme mamón, porque he llorado dos meses todos los días. Pero debe comprenderme. Mi polola me puso el gorro con un colombiano que se metió entremedio.

Cuando la fui a ver, se me ocurrió llegar con un ramo de flores y como no me contestó, entré con una tarjeta de crédito que metí en la chapa (así ella misma me dijo que ingresara a su hogar si no contestaba).

Todo mal, la escuché desde lejos haciendo el amor con él. Y no quise sorprenderla en el acto en su dormitorio. Arranqué y boté las flores en un tacho de la basura.

Como ella no sabe que la pillé me llama todos los días. Hasta me ha llorado, pero sólo sufro y no quiero saber nada. A mis 23 años nunca había estado tan amargado. Dígame qué hacer.

Robert

Don Robert:

Lo entiendo. Sé cómo debe haber sufrido. La escena será imborrable. ¿Pero sabe qué mi querido amigo? A los 23 años tiene mucho por recorrer, tiene mucho por conocer y tiene mucho para disfrutar y reír.

Le podría aconsejar que volviera con su polola. Pero más allá de ello, le diría que diera vuelta la página. Para qué va a recordar aquella escena cada vez que discuta con ella.

Idealmente debe plantearle todo lo que vio y que la mujer le dé una explicación. Sin embargo, creo que será más terrible para ella todo este embrollo.

Igual las cosas deben transparentarse como sea, pero de ahí, le queda sólo volar. Le insisto, usted y supongo que ella son bien jovencitos como para emprender rumbos distintos. No es obligación. Al final, la determinación es de usted.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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