Traicionó a la señora con la dueña del minimarket

Doctor Cariño:

Soy casado, con tres cabros chicos, una familia feliz. Trabajo en una distribuidora de abarrotes y mi pega es venderle a los negocios de barrio, pero las ventas están bajando.

Hace unos días la dueña del minimarket más grande que tengo, una señora mayor, me dijo que cambiaría de proveedor porque estábamos muy carozzis ¡Se me vino el mundo encima, sensei!

Por todos los medios, traté de engrupirla y sólo me dijo que pasara después que cerrara, pa' ver si llegábamos a algún acuerdo. Llegué en la noche y me dijo car'e palo que si le hacía las tareas seguiríamos trabajando como siempre... y pequé.

Se pasó la iñora oiga, me tiró pa' arriba, pa' abajo, me subió al mesón, me tiró contra el congelador, nos piteamos unas repisas, botamos como tres jabas con bebidas. Quedé turnio, pero ella cumplió su promesa e incluso dobló sus compras. Ahora yo me siento pa'l loly por haber traicionado a mi señora por unas lucas. ¿Qué hago maestro?

Willy

Guillermito:

Le creo... casi todo. Demás que tiene una familia feliz; que se preocupara porque se le van los clientes; que se siente mal por la cochiná que hizo. Pero no se me haga la víctima, porque partió solito a encerrarse a medianoche con una señora con diente largo. Usted no pensaba en plata mientras cabalgaba arriba del mesón -donde las abuelitas compran el pan- enterrándose un loly en el cachete o aplastando plátanos maduros.

Usted lo gozó y por eso se siente mal. Ahora muera pollo en la casa y trate de cambiar esa clienta golosa con algún colega antes que su familia se entere y se vaya de PLR.

Atte.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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