Entre hermanos

Cuando uno se arrepiente a veces está todo hecho y dicho y no se puede hacer nada. Bueno, le cuento. Tengo 22 años y le puse el gorro a mi pololo con su hermano menor, de 18.

Doctor Cariño:

Cuando uno se arrepiente a veces está todo hecho y dicho y no se puede hacer nada. Bueno, le cuento. Tengo 22 años y le puse el gorro a mi pololo con su hermano menor, de 18.

El nos pilló en la pieza agarrando de lo lindo pero sin toqueteos, ni nada. A puro beso, menos mal. Pero él me pescó a mí, me echó de la casa y a su hermano no le dijo nada. De seguro lo retó o le pegó. Pero de verdad, doctor, menos mal que nos sorprendió, porque de seguro terminábamos encatrados en la camita, tapados por el frío que hacía.

Y pensándolo bien, a mi pololo lo amo con mi alma y lo que hice no tiene perdón. Ellos viven solos y por la cuarentena yo me quedé esa noche, pues me pilló el toque de queda. Y ahora mi novio no me pesca y el hermano no me interesa.

Juana

Juanita:

Lo único que le voy a decir que a sus 22 años padece de una inmadurez absoluta, y a eso le debe sumar su manera califa de pensar las cosas sin antes darse cuenta de la embarrada que se está mandando en la propia casa de su novio. Y, más encima, con el hermano chico.

Voy a argumentarle todo porque es una pergenia que aún no sabe de la vida. Y por esa misma razón, le voy a recomendar de que se aleje de ese par de hermanos y no los vea más.

A usted, conociéndola un poco, se le pasará el amor por su novio. Por lo menos, deje a esos hermanos que se pongan en la buena.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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