Ventanita Sentimental

Hola, mi Doc:

Hace un año conocí a una mujer mayor. En ese tiempo yo tenía 18 y ella, 41. Era casada, con dos hijas.

Yo la consideraba una tía y le tenía mucho respeto, como el cabro chico y gusto a leche que soy, como dicen ustedes. La relación era de mucho cariño y confianza, hasta que ella se enteró que una amiga me invitó a un casamiento como su pareja. Quedó la crema. Me retó y ahí me di cuenta que se puso celosa. Luego me contó que sentía algo por mí.

Un día tocó la casualidad de que no fui al colegio y me llamó para que fuera a su casa. Estaba sola, conversamos y al cabo de un rato me di cuenta que estaba en la cama con ella. Quedé mudo, ya que no tenía experiencia alguna en el tema sexual porque era virgen. Ella sabía y me lo preguntó, pero en esos momentos la cabeza superior no es la que piensa y me tiré a los leones. Fue mi primera vez.

La conciencia me perturbó, ya que era casada y yo sabía que el esposo sería capaz de cualquier cosa en contra mía, así que hice las maletas y me fui al norte. Estuve por allá un año trabajando y esta mujer me llamaba todos los días para decirme que se iría a vivir conmigo sin importarle nada.

En el norte este tema se me olvidó y conocí a dos mujeres con las que llevé una vida sexual totalmente activa. Pero la desilusión de la primera me tocó y entré en una depresión.

Recientemente llegó un amigo a mi vida y me di cuenta que es gay. Con él la paso muy bien y tengo muchas dudas, porque ya no quiero tener una relación amorosa con una mujer. Mi amigo es muy cariñoso y ya estuvimos a punto de darnos un beso... No sé qué hacer y no sé en lo que me estoy convirtiendo, ya que los hombres nunca habían sido de mi gusto.

CONFUSO

Mijo:

De una cosa estoy seguro: Tarde o temprano se encatrará con un perico porque su paraguas está tremendamente débil.

Me llama la atención que luego de yacer con una vieja canchera, que de seguro lo dejó lleno de chupetones y con los ojitos blancos, apretó cachete al norte, en medio de la desolación de esta casada infiel. Hizo bien en alejarse del cornudo, ya que hay maridos que no perdonan tamaño agravio.

Todas estas trancas lo hicieron perder la mira y ahora coquetea con un colibrí. Y creo que pronto empezarán a morder la almohada.

Aquí sobran los consejos. Será pareja de un homo. Buen provecho.

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