Doctor:
Qué le puedo decir... 31 años, casado. Mi problema empieza hace 5 años, una semana antes de casarme. En esa oportunidad salí con una compañera de trabajo y tuvimos una noche de pasión, me hizo dudar por su extraordinario rendimiento, pero igual me casé a la semana siguiente.
Cuando volví al work me enteré que se había cambiado de sucursal y no nos volvimos a ver ni hablar durante años. Tuve un hijo con mi mujer y formamos una familia, pero nunca pude olvidarla. Un día nos encontramos por casualidad, nos miramos, hablamos algo y fuimos a un motel y así pasaron meses en que nos juntábamos todos los viernes a lo mismo, sin conversar.
Uno de esos viernes, antes de empezar me preguntó ¿qué será de nosotros? La miré a los ojos y no le respondí. Ella se portó extraordinaria y nuevamente desapareció.
Pasaron meses hasta que recibí un saludo de Navidad suyo y no sé qué hacer, ella es una bestia en la cama, despierta pasiones que mi señora no, es su color de piel, sus curvas, su aroma, en fin creo que está hecha para disfrutar así como mi wife está hecha para ser una extraordinaria madre y dueña de casa.
Aquí lo quiero ver.
SIN REMEDIO
Mijo:
No puede negar que es gallo cuevudo.
Estando de novio, con fecha en el Registro Civil, conoció una compañera de trabajo y se fueron de parranda. Una noche alegre merece cerrar la jornada a todo trapo, en esos lugares donde la ropa sobra.
Descubrió que la coleguita es una fiera en la cama, sabe de memoria el Kamasutra y se dieron sin compasión en la de dos plazas. Después, como roto malagradecido, no le contó a ella, que estaba casado.
Antes que me olvide, debo decirle que cualquier hombre en su sano juicio no habría dejado que escapara una joya así porque son pocas las mujeres que dan hasta que duele.
Usted actuó más frío que una culebra cuando le preguntó "Qué será de nosotros", guardó silencio y la dejó irse.
Lo felicito por estar casado con una extraordinaria madre y dueña de casa. En cuanto a la fiera hallará un macho que le haga el peso en la camucha.
