La duquesa de Sussex se negó a seguir con una de las tradiciones reales.
Como es tradición y costumbre, la casa real de Inglaterra siempre mantiene doctores y otros profesionales de su confianza para los asuntos de suma urgencia.
En el caso de partos y maternidad, La Reina Isabel II cuenta con gente de su confianza. Alan Farthing y Guy Thorpe-Beeston son los médicos elegidos por la soberana, quienes son considerados unos de los mejores en su rubro a nivel mundial.
El tema es que, a días de dar a luz, Meghan Markle no quiere que estos prestigiosos doctores la asistan y se dio el tiempo de elegir a su propio equipo de parto, rompiendo una instalada tradición sobre los profesionales al servicio de la casa real.
A pesar de que en Reino Unido se armó una polémica con la decisión de Meghan, fuentes cercanas a la monarquía indicaron que "por encima de todo, este es su nacimiento, es su bebé, y ella debe hacer lo que le parezca adecuado. ¿Cómo podría alguien juzgarla por eso?".