El realizador del nuevo fenómeno del cine chileno fue DJ de Jonas Sanche (que actuó en su primera película), ha dirigido videoclips de Lil Supa, Pablo Chill-e y Young Beef, entre otros. Además tiene no uno ni dos sino un puñado de discos de rap donde es MC y productor.
No existe mucha discusión al respecto. La película “Denominación de origen” lisa y llanamente es un éxito y no son pocas las voces que la sindican, cuando estamos recién en mayo, como la película chilena del año. Las razones para tamaño entusiasmo no son pocas y bien las reseñó Paulo Quinteros en una columna donde la califica de “obra maestra”
Además, la colega Daniela Aguayo entrevistó al director, Tomás Alzamora sobre la creación de la película, el exitoso recorrido por festivales que tuvo antes de su estreno y la decisión estética de hacer una cinta con un trasfondo más bien serio, identitario, en un tono de comedia y en un cruce experimental de mockumentary.
La película es un hit. Las 25 mil almas que la fueron a ver al cine en sus primeras dos semanas en cartelera así lo confirman y la crítica, que de manera unánime se ha centrado en lo buena que es, la ha diseccionado en su totalidad.
Es posible que lo sepas pero si no lo sabes te contamos que el joven Tomás Alzamora es un rapero de tomo y lomo, no solamente con una trayectoria filmográfica de videoclips asociada al hip hop, sino también de un documental para Red Bull sobre la historia del género en Chile (Algo está pasando), como DJ de Jonas Sanche y una sólida, maciza y super precoz discografía como MC.
Si te llamó la atención que en “Denominación de origen”, en varios pasajes suenan canciones de rap, ahora sabrás por qué eso está lejos de ser algo medio random.
-¿Cuántos discos de rap tienes editados? En Wikipedia sale que grabaste uno a los 12, en Internet pillé uno que se llama “He vuelto”, del 2005, sospecho que son más.
-Son varios más efectivamente. El primero es del 2001 y lo grabé como duo con Manu Dread bajo el nombre Underghetto y el disco se llama “Apareciendo”. Después, el 2002, como Mc Four-D hice “Awaite Style”, después el 2006 grabé “He vuelto”, el 2007 “Como Batman y Robin” con CMS Flap. Ese mismo año saqué “Traslacity”.
Por ese tiempo me fui de intercambio a Francia y allá hice “Keskejfousla” el 2008
y el 2010 el último, que se llama “The Emigrant”, ese lo hice entre Francia y Nueva Zelanda.
-Tuviste un acercamiento super precoz a la música, cuéntame cómo fue tu ese acercamiento de niño en San Carlos al rap.
-Fue muy precoz. Yo grababa en Cool Edit, hacía pistas en Fruity Loops y escribía desde muy chico. Para mi era como jugar videojuegos. A los 8 o 9 me acerqué a la música por la siguiente razón: en San Carlos se hizo una media tubería, en la Plaza de Armas.
-Perfecto.
-Consuelo y Edgardo, mis hermanos grandes, iban para allá y yo los seguía a todas partes. Me ponía los patines de mi hermana para no quedarme atrás y ahí, en ese skatepark estaban escuchando hip hop. Mi hermano por ese entonces escuchaba Kris Kross y cosas así, imitándolo empecé a escuchar rap y me empecé a vestir de rapero. Después me compré los cassette de la Pozze Latina, Makiza, versiones super piratas.
Por ese entonces me hice un amigo, el Pelao Mesa. Él era músico, tocaba en una banda, de hecho después estudió producción musical en la Uniacc. Me enseñó a usar Fruity Loops y me pasó un micrófono. A los 12 años, todos los cabros de la plaza iban a mi casa y le usábamos la oficina a mi papá. Le reventamos el computador grabando, después compramos una tarjeta de audio y grabamos un montón discos, fue una muy linda época.
-Mencionaste que te fuiste de intercambio a Francia.
-Me fui a Francia por un año. Después hice una working holiday en Nueva Zelanda. Allá grabé algunos videoclips, andaba con mi cámara por todos lados, y allá con un amigo hacíamos cosas juntos. Llegué al mundo audiovisual por necesidad, porque necesitábamos videoclips para nuestros proyectos. ¡Incluso hicimos una película!
En un momento se nos acercó un productor que había trabajado en Amélie Poulain. Llegó con un proyecto donde necesitaba grupos de jóvenes, y justo nosotros estábamos en una organización juvenil que tenía un sello, una academia de baile y todo eso. Nos ofreció hacer un cortometraje. Ahí hice de todo: actué, dirigí, hice cámara... todos hacíamos de todo.
-Luego te vienes a Santiago a estudiar cine y haces un programa que se llamó Rap Planet, cuéntame la historia de eso
-Cuando volví a Chile no sabía bien qué hacer. Me interesaba estudiar teatro, audiovisual o periodismo, pero de cine no cachaba mucho, pero entré a estudiar eso en la Uniacc. Ahí conocí a Juan Pedro, el de Mekano, que en ese tiempo hacía transmisiones por Twitcam, mucho antes de que existieran Instagram o TikTok por supuesto. Colgué un mantel azul en la pared de mi living y empecé a probar cosas, Así nació El Chanta del Web, que era un hueveo para los amigos.
-Una versión muy 1.0 de los streaming. Por entonces se empezaron a llamar “webshows”.
-Justamente. Después empecé a mezclarlo con mis tornamesas, micrófonos, cables... y dije: voy a hacer un programa de rap. Así nació Rap Planet. Vino DJ Dacel, Hordatoj, y pasaron todos los raperos. Cuando vinieron los Liricistas había mil personas conectadas, lo cual para la época era una completa locura, como un live. Fue un proyecto increíble: estuvo Movimiento Original, Ana Tijoux, Mente Sabia... todos. Después incluso saltó a la tele de uniacc, con cuatro cámaras y todo eso.
-¿Por esa época cruzaste caminos con Jonas Sanche?
-Sí, había invitado a Ley 20 mil al programa, ahí estaba Linterna Vader y Macrodee. Jonas Sanche llegó de colado jajaja. En esa época, era un artista muy under, nadie lo cachaba pero yo lo conocía por Soundcloud y lo encontraba genial. Conversando me dijo que lo habían invitado al primer festival El Sur es Hardcore, que se iba a hacer en el teatro Chimkowe y me dijo que no tenía quien le tire las tornas. Yo tenía tornas y me gustaba el hueveo, así que le dije vamos. Nos tiraron al choque y nos hicieron abrir El Sur es Hardcore, me acuerdo que tocamos por un par de entradas para invitar amigos.
-De los clips que has dirigido, cuales son tus top 3 favoritos y por qué
-Podría ser el de Jonas Sanche con Lil Supa. Se llama That’s it/ Cinematik, que son dos videos en uno. Es muy cinematográfico, está bien suelto, con planos largos, lo que siempre soñé hacer.
El con Pablo Chill-e Yung Beef y Cookin Soul en Japón, fue un cruce muy orgánico. Estábamos allá con Pablo y nos encontramos allá, nos quedamos con Yung Beef en un departamento y arrendamos un estudio para grabar. Cookin Soul andaba de gira justo y se cruzó todo, salió un temazo. Lo que filmé es uno de mis videos favoritos, tiene rotoscopia al óleo. Siento que el universo me bendijo y me puso ahí justo.
Como tercero pondría Gitana de Pablo Chill-e. Fue maravilloso conocer esa cultura, sus tradiciones y esas familias. Lo pasamos increíble y además el tema fue un hit mundial.
-¿Qué directoras o directores de videoclips de rap y/o género urbano actual te gustan más?
-Me gusta mucho Román Gavras, es impresionante. Dentro de Chile, me encanta la visión de Bernardo Quesney, creo que “Sismo” es de los mejores videos del género. Me gusta el ojo de Loretta Castelletto, su trabajo ha sido fundamental en el desarrollo de la música urbana.
-¿Y artistas?
-De Pablo soy muy fan porque es muy versátil, ritmo que pone, la clava con sabor, frescura, clase, calle y con un nivel de fraseo, poesía y factos sociales muy bueno. Bryartz me gusta mucho, me gusta también Aura Bae y 22 Ruzz, son mis artistas favoritas.
-¿Cómo ves la actualidad de la industria del videoclip en Chile, y en particular del rap y/o género urbano?
-Está bueno, pero creo que le falta un poco de desarrollo, de ideas, de pensamiento. Es que hay un nivel de ansiedad muy grande, muchas veces se hace un single, se graba en una tarde y el video tiene que estar listo al otro día. Desde los artistas, la ansiedad por pegar el palo no ayuda a la calidad de los videos y se terminan haciendo videos de medio día, un día, con la misma locación siempre, las mismas luces, autos, etc. Esa ansiedad mata el arte y las obras de calidad.
Por supuesto que hay muchos artistas que valoran esto y lo toman con calma, porque un proyecto bueno necesita tiempo, maduración, reflexión, edición y una buena gestión, ya que no hay tanto recurso.
-¿Cómo sientes que influyó en tu carrera como director de cine el hecho de ser rapero?
-Influyó definitivamente, porque yo nunca fui cinéfilo ni nada, como te comentaba antes, llego al audiovisual por la música, para hacer mis propios videoclips, así fue que agarré mi cámara y me puse a filmar, por necesidad. En lo audiovisual estaba todo lo que quería, podía escribir, poner música, hablar de ropa, contar historias, esa carrera reunía toda mi creatividad. Y ser rapero ha estado siempre ahí, me he vinculado con gente gracias a eso, ha sido mi campo de entrenamiento. Gracias al rap hice tantos videos que solté la mano, editando y editando y editando. Para mi las películas son un rap, Denominación de origen lo es, Mentirita Blanca también, tienen ese flow.
-Ahora la gente va saber por qué la película tiene un OST tan rapero.
-Claro, porque todo lo veo en clave de rap o en trap, esa es mi visión. No veo las cosas de otra forma, es lo que escucho en mis audífonos y es mi actitud. El rap tiene convicción, es un sonido único, es de esa forma que escucho las cosas.