“Cárceles a las que los acusados teman ir”: el modelo italiano para hacer frente al crimen organizado en Chile

“Cárceles a la que los acusados teman ir”: el modelo italiano para hacer frente al crimen organizado en Chile. Foto: LUCAS ALVARADO / LA TERCERA
“Cárceles a la que los acusados teman ir”: el modelo italiano para hacer frente al crimen organizado en Chile. Foto: LUCAS ALVARADO / LA TERCERA

El fiscal nacional Ángel Valencia tomó a las cárceles italianas como un ejemplo de cómo se podría combatir el crimen organizado en el país. Esta es la explicación de cómo funcionan y si es factible instaurarlas en Chile.

Cárceles estrictas, severas, a las que los acusados y condenados teman ir. A las cuales no quieran ir, hagan lo posible por eludir e impidan que sigan delinquiendo desde ellas”.

Esta frase la pronunció el fiscal nacional, Ángel Valencia hace un año. Desde entonces, abrió el debate para evaluar la posibilidad de hacer “cárceles severas para los cabecillas del crimen organizado, no para cualquier imputado”. Algo así como lo hacen en países como El Salvador, aunque la autoridad se refirió al modelo de cárcel italiano.

Y es que, según explicó, “los italianos optimizaron su esfuerzo para combatir el crimen organizado, crearon nuevas cárceles respetando los estándares europeos en materia de Derechos Humanos”.

El debate volvió a ponerse en la mesa, pues según declaró Emol, están vigentes dos licitaciones de cárceles para este 2024: una en Talca y otra en Copiapó.

¿Cómo son las cárceles italianas? ¿Podrían servir para intentar detener el crimen organizado en Chile?

“Cárceles a la que los acusados teman ir”: el modelo italiano para hacer frente al crimen organizado en Chile. Foto: Javier Salvo/Aton Chile
“Cárceles a la que los acusados teman ir”: el modelo italiano para hacer frente al crimen organizado en Chile. Foto: Javier Salvo/Aton Chile

Cómo son las cárceles italianas que el fiscal nacional propuso para Chile

Según el mismo medio, el modelo italiano —que existe desde la década de los 80— consiste en que de una población penal de 61.000 reclusos, un grupo está sujeto a “41 Bis”. Este es un aislamiento estricto y completo al que someten en especial a los jefes de las mafias o bandas criminales.

Es decir, aíslan a los líderes para evitar que continúen delinquiendo desde el interior de los recintos, un delito muy común entre el crimen organizado. De esta manera, no existe la posibilidad de que estén en contacto con otros presos, ni siquiera en las áreas comunes.

Solo en ciertos casos, se les permite estar unas horas al aire libre, pero siempre solos.

“Cárceles a la que los acusados teman ir”: el modelo italiano para hacer frente al crimen organizado en Chile. Foto: Referencial/Javier Salvo/Aton Chile
“Cárceles a la que los acusados teman ir”: el modelo italiano para hacer frente al crimen organizado en Chile. Foto: Referencial/Javier Salvo/Aton Chile

Por otra parte, no pueden tener contacto con otros funcionarios, controlan toda la correspondencia que reciben, no tienen acceso a libros ni revistas y son continuamente vigilados por agentes policiales. En algunas ocasiones pueden recibir visitas de familiares, pero solo una vez al mes y sin posibilidad de contacto físico.

No obstante —al igual que pasa con la mega cárcel de Bukele— este tipo de modelos de prisión han sido cuestionados por distintas organizaciones humanitarias. De hecho, el sistema “41 Bis” ha sido catalogado como “cruel y denigrante” por Amnistía Internacional, en el año 2003.

Pero, ¿es posible implementar este modelo en Chile? La experta en seguridad de AthenaLab, Pilar Lizana, le dijo a Emol que no existe espacio y cárceles en el país para poder implementarlo. “Es muy complicado pensar que vamos a tener una celda para un solo reo”.

“Cárceles a la que los acusados teman ir”: el modelo italiano para hacer frente al crimen organizado en Chile. Foto: Juan Eduardo Lopez/Aton Chile
“Cárceles a la que los acusados teman ir”: el modelo italiano para hacer frente al crimen organizado en Chile. Foto: Juan Eduardo Lopez/Aton Chile

Además, el cientista político y académico de la Universidad Autónoma, Juan Castañeda, le aseguró al mismo medio que “no se puede constituir cárceles sin la revisión de tratados internacionales vinculados a la protección a los derechos humanos”.

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