Hace tres semanas, las nevazones de la tormenta Filomena elevaron las cuentas de electricidad a máximos históricos. Pero ahora la borrasca de las últimas jornadas ha permitido que la rentable eólica satisfaga gran parte de la demanda energética de la población.
Ha sido crudo el invierno en España. La ola de frío tuvo su punto más significativo con la tormenta Filomena, la cual dejó grandes capas de nieve en distintas zonas del país. La gélida situación derivó en un aumento en el consumo de electricidad en un 7% durante la primera quincena de enero en la población, generando un gran crecimiento en el valor del megavatio hora (MWh), alcanzando en un momento los 121,24 euros (888 pesos chilenos).
De hecho, el 8 de enero se promedió el segundo precio más alto de la luz en la historia del país, con 94,99 euros/megavatio hora (MWh), solo superados por los 103,76 euros ($ 92.121) del 11 de enero del 2002.
El escenario de alzas derivó en un huracán político a inicios de año, en que la oposición al Gobierno exigía medidas rápidas para cuidar los bolsillos de la población, mientras el oficialismo argumentaba que solo se trataba de una variación "puntual". En algunos sectores incluso hablaron de nacionalización de compañías eléctricas para que el Ejecutivo controle los precios.
Pero la nieve se derritió, las temperatura subieron y, por lo tanto, el consumo de electricidad disminuyó junto con su precio.
El giro del viento
Ahora, el panorama ha dado un giro total. En las últimas semanas fuertes vientos han recorrido el suelo hispano, algunos de ellos incluso han superado los 150 kilómetros por hora. La borrasca ha permitido un importante aumento en la generación de energía eólica (particularmente barata), permitiendo a dicha alternativa renovable cubrir gran parte de la demanda.
Dichas variaciones solo repercuten en los consumidores acogidos a la tarifa regulada o Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC); en cambio, quienes están abonados al mercado libre tienen tarifas que son fijadas por las empresas distribuidoras.
Si hace tres semanas el precio se había disparado, durante el fin de semana este cayó un 96,6% respecto a los 42,51 euros ($ 37.741) del valor medio con que arrancó 2021. Aunque la demanda ha disminuido tras el paso de la ola de frío, la influencia del aumento en la producción de energía eólica ha sido un factor gravitante en este cambio.
Así, con los fuertes vientos registrados en las últimas horas (31 de enero), el precio medio de la electricidad alcanzó los 1,42 euros ($1.261) el megavatio hora (MWh), lo que significa un desplome del 98,5% respecto al pick de 94,99 euros alcanzado hace solo tres semanas. Una verdadera montaña rusa.