La megasequía que afecta a Chile desde el año 2009 tiene que ver, en parte, con el fenómeno La Niña que suele durar hasta tres años y que tiene un 55% de probabilidad de volver.
El 2023 cerró como el año que habría “terminado” con la megasequía que afecta a Chile. Y es que en consecuencia del fenómeno El Niño, la zona central tuvo más precipitaciones de lo normal.
Pero desde hace décadas, el país vive una de sus mayores crisis hídricas. Acumuló los diez años más secos de toda la historia y el promedio de las precipitaciones fue tan solo entre el 20 y 45%, según datos de la NASA.
Y pese a que el año pasado llovió un poco más de lo usual, el pronóstico de este 2024 parece ser desalentador. Con el fin del fenómeno El Niño, su contrario La Niña parece asomarse cada vez más.
Los datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) aseguran que existe un 55% de probabilidades de que se forme en el segundo semestre.
Qué es el fenómeno La Niña y por qué provoca sequía en Chile
El fenómeno La Niña sucede cuando las temperaturas del Océano Pacífico Ecuatorial se enfrían más que el promedio. Esto provoca un cambio en el patrón del clima de todo el mundo y hace que en ciertos lugares aumenten las precipitaciones, mientras que en otros no se ve casi ningún atisbo de lluvia.
Durante La Niña, a Chile le toca el segundo escenario: las condiciones climáticas propician que en la zona central del país no haya casi nada de lluvia y continúen así al menos tres años de sequía.
Es por esto que los investigadores temen que la megasequía que comenzó en 2009 se vuelva a asentar con la posible llegada de este fenómeno.
“La Niña se asocia a años secos. Si esta se desarrolla en los próximos meses es poco probable que este año sea tan lluvioso como el anterior”, aseguró el climatólogo de la Universidad de Santiago (Usach) a La Tercera.
Esto quiere decir que en la zona central habría menos lluvia, menos nieve y un clima mucho más frío durante el invierno y la primavera.
Sin embargo, dado que su contrario, el fenómeno El Niño todavía se encuentra en período de recesión, los efectos de La Niña podrían verse postergados hasta el segundo semestre del año. Es decir, existe la posibilidad de que este invierno no sea tan “seco” como se espera.
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