Mucho aliño y poco amor

Doctor Cariño:

Se me ocurrió ponerme a pololear. Me enamoré de una mujer, pero hace dos semanas no sé cómo cortar la relación. Es que a ella le gusta cocinar todo con mucho aliño y su olor le sale por la boca y los poros. Se baña, se perfuma y a la hora de juntarme con ella expele algo extraño. Me mató la pasión. De hecho, el viernes estábamos desnudos y no me funcionó nada, pese a que tomé una pastillita azul.

Hablé con ella, me dice que es su vida y se crió así, pero no quiero perderla. Le juro que podría ser algo secundario lo del olor, pero para mí es terrible. Ayúdeme.

Hugo

Huguito:

Corte por lo sano. Si ella no está ni ahí con cambiar sus hábitos y usted no soporta el olor, es mejor que antes de que se formalice una relación más seria, échese el pollo.

La mujer si lo quisiera de verdad algo haría, pero no está ni ahí. Para andar con un perro de ropa en la nariz, mejor váyase. Y si ella no lo pesca ni en bajada, ambos estarán mejor separados y por caminos distintos.

Al final las relaciones son de a dos, y la tranquilidad también pasa por un aroma agradable. Pregúntele a mi ex que respiraba por atrás en las noches y yo terminaba durmiendo en el living.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

COMPARTIR NOTA