Tomó hasta que despertó en la cama del amigo

Los viernes son sagrados. Nos juntamos los mismos amigotes de toda la vida y jugamos dominó, fumamos como chinos y tomamos hasta hablar lenguas muertas.

Doctor Cariño:

Los viernes son sagrados. Nos juntamos los mismos amigotes de toda la vida y jugamos dominó, fumamos como chinos y tomamos hasta hablar lenguas muertas. Hasta ahí nada nuevo bajo el sol, salvo porque hace dos semanas con mi compadre y vecino nos fumos tan raja que no supe del popó.

Lo único que me acuerdo es que cuando desperté, con una barra brava martillándome la cabeza, estaba en la cama de mi socio y con su mujer acariciándome el clarinete. Del susto me levante a poto pelao y rajé al pasillo, donde mi yunta en vez de leerme el rosario se mató de la risa.

No sé lo que habrá pasado en ese lecho, pero temo que mi comadre tocó la zampoña y ahora la culpa me come. Ya no me atrevo a mirar a mi esposa a la cara y lo peor es que ellas se conocen. Ayuda, se lo imploro.

El negro José

Mi negro andino:

Después de sentarse en un plato con harina a lo Tarzán y comprobar que sigue con el asterisco invicto, le aconsejo que pare con este concierto altiplánico donde nadie le garantiza que usted, dentro de la curadera, también no haya soplado la quena de su amigo "jipiento".

No le voy a recomendar que deje el copete para siempre, porque es más fácil que las isapres bajen los planes a que eso suceda, pero lo suyo es doblemente doloroso, porque además que se le apaga la tele tiene amistades demasiado calientes. ¿O me va a decir que es muy normal despertar en la cama ajena con la comadre afinándole la ocarina? Pare ahora, pare ya, o el día menos pensado terminará en un carrete swinger, dando y recibiendo, por supuesto.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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