Su casa soñada en la playa, su auto, plata, incluso su matrimonio. Todo eso perdió  Francisca Merino de un suácate y casi sin darse cuenta.

Este es un drama del que la opinóloga sólo habla con sus cercanos, que ha mantenido en privado y del que lentamente ha tratado de recuperarse.

En marzo, la actriz y panelista del “Bienvenidos”, contó en ese mismo programa que su nidito de amor con el ingeniero comercial Claudio Labbé se había roto para siempre. ¿Problemas de amor? No, atados de lucas.

Ese mismo mes y antes de hablar de su separación, Pancha puso una querella en el 4° Juzgado de Garantía de Santiago contra Sergio Jalaff y Mario Dabed por el delito de estafa y abuso de firma en blanco. Ambos personajes son, mejor dicho, “eran” amigos íntimos de Pancha y de su esposo, de hecho el primero es el padrino de uno de los tres hijos de la pareja que hoy está en trámites de divorcio.

Pero esa relación de amistad, al igual que su vida conyugal, se fue a la cresta desde que la protagonista de “Adrenalina” acusó descubrir un tremendo engaño de parte de los tres hombres. En la querella interpuesta, describe cómo su propio esposo y sus dos yuntas se habrían unido para hacerla lesa y sacarle hasta el último peso, pidiéndole su firma en una chorrera de pagarés y papeles en blanco que ella nunca atinó a mirar. Los montos millonarios, según la querella, eran para cubrir deudas de la empresa de productos agrícolas “Comercial South Farms Limitada”, en que los cumpas eran socios, y más encima meterle una tajada a “Global Soluciones Financieras S.A.”, de propiedad de Jalaff y el hijo de    Dabed.

MEA CULPA

En total, reclama Merino en la acción judicial, son más de 232 millones de pesos en los que la habrían defraudado. ¿Cómo pasó?

“Lo que éste (Claudio Labbé) me pedía que firmara, yo lo hacía sin ninguna desconfianza ni revisión”, admite la rucia en el escrito. Ahí también relata que su ex le largó la pulenta cuando se vio pillado en sus mentiras: “Me confesó que, presionado por Sergio Jalaff y Mario Dabed, y atendida la situación precaria de la empresa Comercial South Farms Limitada, los tres se habían puesto de acuerdo para engañarme y me habían hecho firmar una venta de mi terreno en Maitencillo en beneficio de la empresa de su ‘amigo’ Sergio y del hijo de Mario Dabed ‘Global Soluciones Financieras S.A.’, con el fin de pagar deudas que eran también millonarias, pero que nada tenían que ver conmigo”. Pa’ peor, señala,  Global se quedó con la propiedad,  a la vez se la “arrendó” de vuelta sin que ella supiera, y como no pagó la mensualidad, dicha empresa la demandó alega Pancha.

Con el agua hasta el cogote el marido del año también le dijo otra verdad que destrozó a Panchita: que sus amigotes “utilizaron las hojas en blanco firmadas por mí y con mi huella digital para fines defraudatorios”.

Y como si el drama fuera poco, la opinóloga añade que Labbé le dijo que junto con las mansas deudas y atados financieros él tenía un “problema criminal” con una persona “por una apropiación indebida de dineros”.

Cercanos a Francisca Merino cuentan que ya pasó lo peor para ella en términos emocionales y que ahora sólo espera que la justicia actúe pronto. “Lo que más desea es que le devuelvan su casa en Maitencillo y que termine la pesadilla”, larga uno que la cacha desde sus años mozos.