Hace unos años robaron desde el interior de mi casa una de mis más queridas mascotas, una hembra Rottweiler de 2 años. Durante muchos meses de intensa búsqueda, por todos los medios que estaban a mi alcance, no dejé nunca de preguntarme cómo fue posible que se la hubiera tragado la tierra. Avisos en prensa, internet, radio, afiches, noches enteras buscándola por todas partes y nada.

No muchos días después de haberse supuestamente extraviado, recibí una llamada telefónica de una persona que vio uno de los cientos de afiches, indicándome que la perrita estaba en poder de una banda organizada que se dedica, entre otras cosas, a secuestrar perros.

La persona que me contactó me quería ayudar porque a ella le habían causado mucho daño pero, como es vecina de estos tipos, no quería involucrarse demasiado. Al preguntarle cómo estaba segura de que se trataba de Tarah, me dijo que por su tatuaje: 130258 del Kennel Club de Chile. Ya no tuve dudas.

Fui inmediatamente a carabineros de la 47 comisaría de Las Condes, los que en un principio me prestaron bastante colaboración y juntos concurrimos varias veces hasta el lugar, sin resultados, a pesar de tener direcciones, nombres y evidencias bastante contundentes.

En resumen, con carabineros nada.

Acto seguido, interpuse una denuncia por robo ante el 32 juzgado del crimen de Santiago, cuyo titular ordenó a  la PDI de Las Condes investigar el hecho.

Resultado: nada, y el mismo caso anterior, direcciones, nombres, modus operandi, etc. Todo aportado por mi informante. Lo realmente irritante es que no obstante ambas policías tenían una buena idea de donde se encuentra Tarah, y tener una orden judicial, los resultados han sido siempre los mismos: nada.

Estoy consciente de la gran cantidad de diligencias y la enorme carga de trabajo que tienen estas instituciones, pero habiendo entregado por mis propios medios la información fidedigna, aún no entiendo por qué nunca se hizo nada al respecto. ¿Acaso el hecho de tratarse de un animal minimiza un delitox?x

El hecho es que a raíz de este caso personal que expongo a ustedes, he investigando de forma particular, y me he llevado la sorpresa de mi vida al constatar que estos antisociales recorren diariamente las calles de las comunas del barrio alto, robando un promedio de cinco animales diarios.

Acto seguido los venden a automovilistas, transeúntes y dueños de negocios del lugar donde viven, ferias libres e incluso en portales de internet muy conocidos, con el fin de obtener dinero para consumir droga, reproducirlos o cobrar recompensas. Los animales son escondidos en distintas poblaciones, formando una verdadera red de protección y tienen montado un perfecto operativo de alarma en caso de presentarse la policía.

Cuando, como en mi caso, se les va cerrando el cerco,

trasladan al animal hacia otras comunas

donde residen sus amigos y familiares, y los comercializan en este otro

"segmento de mercado"

, siempre con la misma finalidad.

Creo que ha llegado la hora de que nuestras policías tomen más en cuenta este tipo de delitos, que aumentan cada vez más con el correr de los días (el problema es que pocos denuncian y hacen seguimiento de las causas). ¿Cuántos avisos de perros perdidos ha visto usted en el último tiempo, especialmente en las comunas de Las Condes, Vitacura, La Reina o Ñuñoax?x

Estimado lector, su mascota no ha desaparecido por arte de magia, lo más probable es que haya sido secuestrada. O incluso que se la hayan quitado de sus propias manos mientras la pasea.

Si usted se encuentra en esta situación o alguna vez la vivió, le indicaré por dónde empezar a buscar, lógicamente guardando las precauciones del caso.

En Las Condes: Avenida Alejandro Fleming esquina Vital Apoquindo, edificios de departamentos color terracota, de 4 o 5 pisos, subiendo a mano derecha.

En Peñalolén: Avenida José Arrieta esquina con la calle donde está el Supermercado Líder de La Reina.

Creo que entre todos podremos poner atajo a estos delitos, que tanta devastación provocan en nosotros, y en especial a nuestros hijos pequeños. Sé que parece ciencia ficción, pero es una realidad y creo que es un deber advertir a ustedes que esto está sucediendo cada vez con mayor frecuencia.