1

Ser sorprendida en pleno acto sexual.

¿A quién no le ha pasado? Comienza el regaloneo, los arrumacos y justito en el momento de... todo se va a las pailas porque entra alguien. Si bien las suegras tienen el top guan de las interrupciones, los niños pequeños no lo hacen na' de mal. Por eso mismo, el factor sorpresa se llevó el primer lugar.

2

Meter la pata con los suegros.

Conocer a los suegros nunca es fácil y muchas parejas esperan a estar más que seguras para dar este importante paso. Lamentablemente, y por más preparación que se tenga, los nervios suelen jugar en contra y muchos la terminan embarrando. Puesto número 2.

3

Dejar escapar algo.

Para muchas parejas el momento del acto sexual es también un tiempo de liberación. Lo malo, es que tarde o temprano esta liberación se da con tutti y termina generando un bochorno por culpa de un maldito gas. ¿Quién dijo yo?

4

Que se te marque el celu.

Después del "cuelga tú, no tú", hay quienes se pastelean y no cuelgan nunca. Después siguen su rutina como si na' y eso podría incluir cantos desafinados, conversaciones en voz alta o confesiones que nadie quisiera oír. Ufff.

5

Confesiones arriba del balón.

Se puede llevar mucho o muy poco. Lo cierto es que las primeras borracheras en pareja pueden generar una serie de confesiones desafortunadas, promesas exageradas e, incluso, la planeación de todita una vida juntos.

6

El descubrimiento del porno.

Es probablemente la mayor prueba de confianza. Ese momento en que uno de los integrantes se tropieza con el porno de su contraparte. Lo bueno, es que puede dar para aprender nuevas cositas pa' poner a prueba en el ring.

7

Las obsesiones con el teléfono.

Un bochorno que seguramente toda pareja ha pasado es el de tener que decirle al otro, "deja de mandar mensajes, ¡por favor!". Si bien con el tiempo se presta pa' la risa, al principio puede ser un cacho que todos deben pasar.