Signal es una aplicación de mensajería, libre y de código abierto, que es un rival directo de WhatsApp. Esta última es propiedad de Facebook y una actualización en sus condiciones de uso le hizo perder mucho terreno. Y Signal fue precisamente una de las beneficiadas.

En ese terreno, Signal publicó en su blog una acción que buscó disparar directamente contra sus rivales. Y lo hizo evidenciando las prácticas de toda la familia de aplicaciones de Facebook, incluida Instagram.

A grandes rasgos, Signal buscó comprar anuncios publicitarios en Facebook e Instagram. La gracia era que dichos avisos incluían mensajes que evidenciaban el riesgo que existe al ceder los datos privados a la red social.

"Las propias herramientas de Facebook tienen el potencial de divulgar lo que de otro modo no se vería. Ya es posible captar fragmentos de estas verdades en los anuncios que se le muestran; son destellos que reflejan el mundo de un extraño vigilante que te conoce. Queríamos usar esas mismas herramientas para resaltar directamente cómo funciona la mayoría de la tecnología. Queríamos comprar algunos anuncios de Instagram", explican desde Signal.

El intento de Signal

El siguiente era uno de los avisos que iban a ser parte de la iniciativa de Signal:

Estás recibiendo esta publicidad porque eres un ingeniero químico que ama al K-Pop. Esta publicidad está usando tu locación para ver que vives en Berlín. Y tienes un nuevo bebé. Recién te cambiaste. Y estás realmente sintiendo esos ejercicios de embarazo últimamente

Todas las palabras en negrita involucraban a información que el usuario compartía con los productos de Facebook. Lo anterior era utilizado para explicar el por qué el negocio de la publicidad es la principal fuente de ingresos para la red social de Mark Zuckerberg.

Pero el objetivo de Signal para exponer la información que usa Facebook no prosperó, ya que la campaña terminó siendo rechazada. De ahí que el título de la nota de Signal es claro: "la publicidad de Instagram que Facebook no te mostrará".

Claro que puesto todo sobre la mesa, no queda otra más que analizar qué tipos de datos seguimos compartiendo en las redes sociales y cómo las compañías se benefician de lo que nosotros mismos entregamos en bandeja.