Doctor:

Estoy bajando de peso. Llevo 20 kilos menos y ando con más hambre que un pelusa. Y todo por culpa de una mina que lo único que quiere es que me saque la guata, porque me encuentra rico de rostro, pero penca de cuerpo. Me lo dijo en la cara y yo le compré.

Le pedí pololeo y me recalcó que el sí dependía de mi dieta. A cambio de eso me dio la pasada para que le agarrara un par de cosas, un piquito y para la casa.

Y ahí estoy, más verde que el fiscal de la ANFP y esperando si me suelta el monicaco cuando quede como un Max Steel. Según mi taita, la mina está loca, pero mi mamá dice que lo que hace es bueno. No sé a quién cresta creerle.

guatón de los somieres

Morby Dick:

Da lo mismo la guata de un hombre o los neumáticos de una mujer. Si la mina lo quiere es porque usted es bueno, simpático, pulento para el catre, amable, de corazón abierto, romántico. 

Pero lo de la ponchera es una cuestión demasiado superficial como para que usted haya entrado a pie descalzo con una orden que viene de una mina que lorea lo de afuera. 

Si su taita dice que le están metiendo el quetejedi en el ojete es porque el hombre cachó el mote. Lo importante no son los kilos de guata, sino los kilos de amor o de pasión. 

Si fuera por eso a mi señora le hubiese dado el manso filo porque engordó caleta. Pero ahí está, fiel a mí y yo fiel a ella. Su madre, por otra parte, mira las cosas de una manera diferente. Debe creer que la mujer lo quiere ayudar a bajar de peso. Pero yo no le compro a la pierna. Porque si lo quiere, pololeando juntitos pueden hacer dieta, y no esperar a  hacerle un hoyo al cinturón para darle el sí.

Que se vaya un ratito bien lejos.