Doctor Cariño:

Salí a correr al cerro aprovechando la franja deportiva de la mañana. Iba muy tranqui cuando caché a una rubia espectacular, que corría un poco más allá. De puro ganoso aceleré el tranco y logré llegar hasta ella. Le metí conversa pero me miró raro. Ahí caché que era gringa. Ideal para uno que es moreno y medio pelo tieso. Pero se soltó y empezamos a charlar. Incluso unos metros más allá nos detuvimos a tomar agua y conocernos un poco más. Llegamos juntos arriba, luego bajamos y me olvidé de pedirle el teléfono de embobado. Estoy desesperado por verla nuevamente y que esta vez no se me escape ¿qué puedo hacer doc?

Lucho

Lucho

Mire, piense que dentro de todo, no estuvo tan mal. Dejó que la conversación fluyera y pese a que no le pidió el teléfono, al menos logró charlar y compartir un rato con la gringa. Es importante el respeto. Sobre volver a verla, es probable que ella vuelva al cerro alguna mañana, así que yo que usted me preparo para estar ahí todos los días y hacerle guardia. Cuando se la tope de nuevo, converse. Lo ideal es que ella no se sienta intimidada ¡Ahí ya puede subir al siguiente paso!

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