Por Paulo QuinterosExcónsul chileno en Sídney contraataca con querella tras video viral y acusaciones de agresión de mujer
Sebastián Canales presentó una acción judicial en Santiago para desmentir a Natalia Pozo, quien lo acusó de tortura y maltrato. El diplomático sostiene que fue él quien sufrió un ataque y entregó pruebas que, según afirma, muestran que el consulado apoyó económicamente a la mujer tras la muerte de su hijo.

Sebastián Canales, excónsul chileno en Sídney, volvió a escena a un año del polémico video que lo mostró discutiendo con una chilena radicada en Australia en su oficina.
Aunque esa situación motivó su traslado diplomático, desde Radio Biobío indican que Canales ahora presentó una querella en tribunales, entregando pruebas para desmentir las acusaciones de agresión que lo obligaron a dejar Australia.
La denuncia de Natalia Pozo, quien lo acusó de tortura y maltrato, motivó su traslado a Ecuador y un sumario en Cancillería. Canales sostiene lo contrario: asegura que ella lo atacó, intentó ahorcarlo y que sus asistentes debieron intervenir.
Según su relato, el conflicto comenzó tras la muerte del hijo de Pozo. El consulado la apoyó con traslados, intérpretes y asistencia económica, incluso gestionando informes para nuevas ayudas.
Los registros consulares muestran entregas de dinero aprobadas desde Santiago, además de gestiones comunitarias que recaudaron fondos para la cremación. Aun así, la mujer exigía que el Estado pagara todos los costos.
El desencuentro escaló cuando Pozo lo acusó de espiarla y de malversar recursos en actividades sociales. Canales respondió que el consulado no contaba con presupuesto para repatriaciones.
El día de la confrontación, cámaras internas registraron la entrega de un cheque. Allí comenzó la discusión que derivó en empujones, gritos y videos que se viralizaron con él pidiéndole que saliera de la oficina.
¿Agresión o montaje?
Testigos y bitácoras diplomáticas señalan que Pozo golpeó al cónsul e intentó asfixiarlo.
La policía intervino y no constató lesiones graves en ella, aunque horas más tarde un hospital reportó rasguños y marcas superficiales.
Pese a las acusaciones públicas de “dos horas de tortura”, emitidas durante una conversación en un matinal de televisión, Canales alega en su acción judicial que todo fue un montaje amplificado por las grabaciones.
"Creo que lo hizo de forma deliberada para generar un efecto dramático en la grabación“, planteó Canales.
En todo ese contexto, sSu querella por injurias busca limpiar su nombre: “Siempre quedará la duda en internet sobre si hice o no lo que ella me acusa”, advirtió en su presentación judicial.
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