Hombre de 28 años le pagó el pasaje a la mujer que, recientemente, se había ido a vivir a la Región de La Araucanía.
Fue la mañana del 15 de febrero de 2017 cuando el hallazgo de dos cuerpos remeció a la comuna de La Pintana, en la Región Metropolitana.
Al interior de un domicilio, yacía sin vida una joven pareja que, hace poco más de un año, había iniciado una relación amorosa.
Los primeros antecedentes confirmaban que los “enamorados” no convivían. De hecho, el encuentro sólo se dio en el contexto de San Valentín.
Detalles espeluznantes
Según detalló la policía, los cuerpos fueron encontrados en el patio del inmueble y correspondían a los restos de Ariel Ramírez (28), que tenía un impacto de bala en la cabeza; y a Yaritza Figueroa (20), que estaba en un sillón.
De acuerdo a 24 Horas, los jóvenes mantenían un vínculo a distancia, ya que la joven se había trasladado a vivir a la Región de La Araucanía.
Para celebrar su amor, Yaritza viajó hasta la capital y se trasladó hasta la casa de su pololo, donde precisamente ocurriría la tragedia. Ahí, junto a familiares de la joven, compartirían una velada.
Sin embargo, cuando los invitados estaban comprando, vecinos alertaron a Carabineros de que en el sector se escuchaban disparos. Cuando personal policial llegó hasta el lugar, se encontraron con los dos jóvenes sin vida.
La verdad no tardó en revelarse: él la mató con un disparo en el abdomen y luego se disparó en la cabeza.
Versión oficial
Al respecto, el comisario Patricio Montes, de la Brigada de Homicidios de la PDI, detalló que “se logró ubicar y entrevistar testigos respecto a este hecho, los cuales manifiestan que hubo una relación de convivencia anterior por parte de estar personas, la cual -pese a que aún no perduraba esa convivencia- existía la relación de pololeo entre ellos”.
De paso, confirmó que “ella se había ido al sur del país y regresó (el martes) a Santiago. El pololo le pagó los pasajes a la mujer para que pudiera compartir con él el Día de San Valentín”. Respecto al motivo del presunto femicidio y suicidio, quedó como un completo misterio para familiares e investigadores, ya que no existían denuncias previas y ambos parecían estar felices.
Yaritza tenía antecedentes por hurto, mientras que Ariel había sido procesado por robo e infracción a la Ley de Drogas.
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