Hay un ave en Chile que, como pone sus huevos en las arenas de la costa —o más bien en las playas o dunas, podría decirse—, no la tiene nada de fácil para que sobrevivan sus polluelos, sobre todo hacia la primavera y verano: se trata del pilpilén común (Haematopus palliatus).

“Esta ave está casi en peligro de extinción”, declararon desde la ONG Río Elqui hace un par de años, según consignó La Cuarta, sobre sus lugares de residencia en las costas de la Región de Coquimbo: “Su humedal, sus dunas, su agua, su flora y fauna están siendo devastados lentamente”.

Escenarios similar se observan en sectores de la Región de Valparaíso, como al sur en Mantagua, en la playa de Ritoque, donde por aquel entonces se registraba escaso éxito en eclosiones de sus huevos.

Más al sur, en la comuna de San Antonio, el tramo final del río Maipo, su desembocadura, se ha convertido en sitio insigne de este problema, debido a que en los últimos años prácticamente ha caído a 0% la fortuna en el desarrollo de sus huevos y posteriores polluelos, a pesar de ser ambos padres los que se dedican a la crianza y suelen ser bastante guardianes de sus retoños, según han observado los ornitólogos.

De hecho, la estrategia de cuidado de cuidado de los pilpiles ante una potencial amenaza es alejarse del nido (o de sus crías) para que el eventual depredador persiga a los adultos y no a los jovenzuelos indefensos.

Así, en estos meses (aproximadamente de octubre a abril), el Santuario de la Naturaleza Humedal Río Maipo es escenario clave para la reproducción y sobrevivencia de esta ave representativa que se encuentra clasificada en la categoría de Casi Amenazada por el Reglamento de Clasificación de Especies (RCE).

Sus nidos, construidos directamente sobre la arena, resultan vulnerables a una gran cantidad de factores antrópicos —sumándose a la depredación natural de zorros y quiques, por ejemplo—. Cada pareja pone entre dos a tres huevos por nido.

Datos dramáticos

El humedal, a cargo de Fundación Cosmos, alberga más de 190 especies de aves que representan alrededor del 40% de la avifauna nacional y actúa como un refugio para aves migratorias, algunas recorren miles de kilométros desde y hacia sus sitios reproductivos en el Hemisferio Norte.

Este sitio se considera un indicador del equilibrio ecológico, reconocido por la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP), al albergar poblaciones relevantes de, por ejemplo, este pilpilén y zarapito común (Numenius hudsonicus).

Según registros de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC) y Fundación Cosmos, entre 2020 y 2024 se detectaron entre 21 y 46 nidos de pilpilén por temporada, con un promedio de 45 huevos anuales.

Sin embargo, en todo ese período, sólo tres nidos lograron eclosionar —en 2021, 2022 y 2023—, y tan sólo un polluelo alcanzó a desarrollarse y volar. Mientras que la mayoría de las nidadas fueron depredadas o abandonadas antes de completar el ciclo.

Más recientemente, durante la última temporada reproductiva entre octubre de 2024 y abril de 2025, se registraron 30 nidos y 47 huevos de este pilpilén. Sin embargo, en esta tanda no se registraron eclosiones.

Por estos días, el monitoreo científico que se ha realizado en la zona identifica la depredación natural, las marejadas y la presencia de perros sin correa en zonas de nidificación como las amenazas más persistentes.

También, entre los factores, se incluye la actividad humana y las perturbaciones en el entorno del humedal, las que generan abandono de huevos y desplazamiento de las parejas reproductoras a zonas más resguardadas.

“El pilpilén común es una de las especies más características del Humedal Río Maipo y su reproducción refleja los desafíos que enfrenta este ecosistema”, señaló Diego Urrejola, director ejecutivo de Fundación Cosmos.

“Por eso, junto con la investigación científica, estamos impulsando acciones concretas como el Programa de Tenencia Responsable de Mascotas, que busca reducir el impacto de los perros sin control sobre la biodiversidad”, declara Urrejola. “Este es uno de los factores que más incide en la pérdida de nidos, y requiere del compromiso de todos los que compartimos este territorio”.

Los perros sin correa

“Uno de los principales problemas que afectan el éxito reproductivo del pilpilén común son las mascotas sin supervisión, es decir gatos y perros de vida libre”, acusa, en tanto, Ignacio Ascuí, coordinador regional de Fundación Cosmo. Y asegura que es algo que “observamos con frecuencia en la zona del estuario y la desembocadura”, en particular “los perros se desplazan, solos o en grupos, constantemente entre ambas riberas del río”.

Un conocedor del lugar como el ornitólogo y vecino Manuel Rojas indica que actualmente al santuario, entre las comunas de San Antonio y Santo Domingo, no pueden entrar vehículos, pero todavía “la gente entra con perros los fines de semana, y los sueltan, entonces eso estresa demasiado a las parejas nidificantes”, evidencia al diario pop.

“Tengo, por ejemplo, fotos de perros llevando a algunas aves que ya estaban muertas y usaban para jugar”, asegura: “A mí la verdad me estresa un poco ir, porque hay mucha gente que va con perros, y no entienden (...) Y eso pasa en el parque, qué está protegido, hay miradores y letreros, y en el resto de Chile es heavy”.

Por ejemplo, según el propio observador, más al sur, hacia Santo Domingo y Rapel ahí está el problema del ingreso de vehículos a “jeepear”, lo que “obviamente hace que se revienten huevos y polluelos”, en vista de que los retoños, de apenas unos centímetros, andan detrás de sus padres apenas nacen (nidífugos), para aprender a comer pulgas en la orilla del agua. En ese trayecto al agua muchas veces resultan aplastados, ya que instintivamente su forma de resguardo es agacharse y confiar en su camuflaje con la arena, “y al no verlos los matan”, evidencia.

“Es algo que ocurre en todo Chile y ese es el gran drama del pilpilén”, concluye, “y por eso cada vez tiene más problemas en su reproducción.

Actualmente, el proyecto de ley que prohíbe el ingreso y tránsito de vehículos motorizados en las playa y dunas costeras de Chile se encuentra en el Congreso.

La Cuarta también se contactó con el Ministerio del Medio Ambiente, insitución desde la que declararon: “La tenencia irresponsable de mascotas está afectando gravemente a nuestra fauna nativa, especialmente a las aves playeras y de humedales”.

En el MMA destacaron que el 2022 impulsaron la Estrategia Nacional de Tenencia Responsable de Mascotas para la Conservación de la Biodiversidad junto a otras instituciones y organizaciones: “Con esta hoja de ruta alineamos al Estado, los municipios y las organizaciones para educar, prevenir y ordenar, porque la protección de la naturaleza también depende de cómo cuidamos a nuestros animales de compañía”.

“Nuestro llamado ciudadano es a evitar este tipo de afectaciones usando siempre correa en los paseos de tu mascota en playas, humedales y parques; evitar ingresos a zonas de nidificación y descanso de aves; mantener a las mascotas dentro de las propiedades y bajo supervisión al salir; registrar, identificar y esterilizar para prevenir extravíos y jaurías, y denunciar ante el municipio o el SAG cuando existan perros sueltos en áreas sensibles”, enumeraron.

De la consulta al ministerio sobre la chance de declarar a los perros asilvestrados como una especie “introducida e invasora” —como los burros en el Norte, los jabalíes en el Sur y castores en Tierra del Fuego—, no obtuvimos respuesta.