La llamada sólo fue una excusa: surge inesperada teoría sobre visita de doble parricida a negocio donde fue detenida
Mujer entró al local y pidió contactarse con su hermano, pero los dueños creen que su objetivo era otro.
Nuevos y reveladores antecedentes se conocieron el viernes sobre el doble parricidio ocurrido en Chiguayante, en la Región del Biobío, y que consternó a todo el país.
A una del crimen, Marta Franco Cid, de 64 años, fue formalizada por el asesinato a disparos de sus dos hijos: Marta Pereira Franco (39), quien murió en el lugar, y Hugo Pereira Franco (35), que falleció más tarde en el hospital.
En la audiencia, la Fiscalía dio a conocer impactantes antecedentes que podrían dar señales sobre las posibles motivaciones de la mujer para una decisión de esa naturaleza.
Entre otros datos, se reveló un intercambio de mensajes entre Marta Franco y el padre de las víctimas fatales, posterior al mortal ataque. También se confirmó que la presunta parricida habría utilizado dos armas de fuego, ambas de tipo revólver, pero con diferentes calibres.
Una vez finalizada la instancia judicial, se decretó la medida cautelar de prisión preventiva para la imputada, quien deberá permanecer tras las rejas durante los cinco meses que se extenderá la investigación.
¿A qué fue al negocio?
Cabe recordar que Marta fue hallada en la vecina Región de Ñuble, específicamente al interior de un local comercial en Coihueco.
En el negocio, atendido por Álex y Pamela, la imputada se mostró relajada, incluso sonriente, y entabló conversación con los dueños.
Y ya que los locatarios no sospecharon de la mujer, esta les pidió un favor: llamar a su hermano para que fuera a buscarla.
Sin embargo, el dueño del negocio recordó la advertencia de una vecina, quien el día anterior les había contado sobre la prófuga. Llamó a Carabineros.
Al llegar al lugar, personal policial confirmó la identidad de la mujer y le encontró un arma de fuego en su bolsillo, lo que permitió detenerla de inmediato.
En diálogo con Contigo en la mañana, Álex indicó que “andaban especulando que había pasado a pedir comida, pan, pero no. Ella sólo quería hablar por teléfono”.
“Ella se mostró súper simpática, estaba sentada acá, pasaba gente y la saludaba, era pura risa”, añadió.
Y aunque la hoy imputada logró hacer la llamada, el locatario cree que en realidad buscaba ser pillada. “Nosotros sacamos cuenta de que ella vino aquí al negocio como para que nosotros nos diéramos cuenta, porque a lo mejor quería entregarse. A pesar de que tenía el revólver, (al llegar Carabineros) ella se quedó ahí, no se paró ni nada”, argumentó.
“Nosotros creemos que ella quería entregarse, pero no sabía cómo hacerlo”, recalcó.
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