Una llamada privada entre Miguel Crispi y su madre, grabada en el marco del caso ProCultura, fue el origen de causa que se abrió contra la ahora exsenadora.
Una conversación telefónica privada entre Miguel Crispi, jefe de asesores del Segundo Piso de La Moneda hasta marzo pasado, y su madre, la socióloga Claudia Serrano (PS), fue el origen de la investigación penal contra la exsenadora Isabel Allende por la venta de la casa que perteneció a su padre, el fallecido expresidente Salvador Allende.
De acuerdo a información de La Tercera, el diálogo, grabado por la Policía de Investigaciones tras una orden judicial en el marco del caso ProCultura, fue catalogado como “un hallazgo casual relevante” que revelaba posibles gestiones indebidas para concretar la fallida compra de la casa que querían transformar en museo.
A raíz de la llamada, explican en La Tercera, los agentes llegaron a la conclusión de que se habían mencionado supuestas presiones de Isabel Allende para concretar la transacción.
“O sea (Isabel Allende) llamó hasta al portero del Ministerio. Weveando, weveando, weveando, que se haga, que se haga, que se haga así… Ella tiene mucha responsabilidad y también el abogado de la familia Allende”, dijo Crispi según la indagatoria.
Cabe destacar que en la conversación también se mencionaba a Maya Fernández, la exministra de Defensa, y nieta del expresidente.
A partir de toda esta situación, el fiscal Eduardo Yáñez decidió separar esta información del caso ProCultura e iniciar una nueva causa penal por presunto tráfico de influencias.
En todo ese contexto, ahora el abogado de Crispi, Guillermo Chahuán, afirmó que la conversación fue privada, en un contexto familiar y “sacada de contexto”.
Además, recalcó que su representado no atribuyó presiones indebidas ni delitos a Allende.