“No entiendo los códigos de la cana”: el drama de la “Viuda Negra”, actriz chilena que sufre tras las rejas en Argentina
Recientemente detenida, Antonella atraviesa días de suma complejidad. “Tengo el cuerpo lleno de tortura”, lamentó.
Fue la semana pasada cuando se dio a conocer el caso la actriz chilena Antonella Marín Quintero (35), directora de teatro y activista feminista que fue detenida en Argentina.
De hecho, la intérprete quedó tras las rejas luego de ser acusada de engañar a distintos hombres, a quienes seducía para robar sus pertenencias. En la prensa trasandina, la joven buen bautizada como “La viuda negra“.
De acuerdo a la acusación, la mujer habría cometido a lo menos cuatro robos bajo un mismo modus operandi: contactaba a sus víctimas por redes sociales, las sedaba luego de reunirse y procedía a sustraerles distintos objetos de valor.
Drama en prisión
A través de Instagram, Antonella Marín dio a conocer que no lo está pasando nada bien en la cárcel.
“Hoy no aguanto más. Mi cuerpo ya no tiene fuerza; siento una sensación que no sentí jamás. Lloro, y por primera vez no puedo parar; y acá en la cárcel el llanto no está permitido. Son muchos mis dolores: me tratan como a un perro herido. No sé qué hacer ni cómo comportarme, no entiendo los códigos de la cana. Hemos pasado una semana de mucha hambre; la pobreza se hizo demasiado presente en la celda. Nos dan dos comidas al día; a mí me dan lechuga sola y otras cosas que no se pueden ni comer. ‘Arréglate como puedas’: las que tienen familia les acercan cosas; yo no tengo a nadie. La fiera herida se cansa, se debilita, a veces demasiado”, escribió en un post.
“Es doloroso ser sensible en un lugar insensible. Tengo el cuerpo lleno de tortura; lloro en el patio todo lo que puedo. Mi abogada no me defiende en nada, ya ni me contesta; pierdo la esperanza en el sistema público. Se me rompe el alma, el cuerpo, el corazón. Quiero recuperar mi vida sana, luminosa, y siento que jamás la rescataré”, agregó.
La actriz también relató que ha tenido problemas de salud: “Estuve todo el fin de semana enferma. Todos mis males empeoraron y nadie me ayudó, ni siquiera quienes tienen el deber de hacerlo. Mandé tres oficios para que el médico del penal me viera. Acá le dicen ‘el veterinario’, porque nos tratan como a perros. En este lugar nunca creen que estamos enfermas; y si lo hacen, nos hacen sentir que lo merecemos. Me niegan la medicación en el Penal”.
Finalmente, pese a sus delitos, Antonella Marín aseguró que el rol que asumió como ladrona también la expone a peligros: “Todo el mundo sabe que mi caso tiene que ver con ser viuda negra, pero me parece importante recalcar que es un tipo de delito que nos expone muchísimo a nosotras al peligro”.
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