Al ser sorprendido en la calle durante el toque de queda, el hombre de 46 años fue atacado por cinco miembros de la Armada que terminarían recibiendo una polémica condena.
En marzo de 2010, a poco más de dos semanas del terremoto que remeció a la zona central del país, el fiscal naval de Talcahuano, Alejandro Enríquez, procesó a cinco efectivos de la Armada por la mortal golpiza al cartonero epiléptico David Riquelme (46) en la comuna de Hualpén, en la Región del Biobío.
Los uniformados fueron acusados de violencia innecesaria con resultado de muerte. El ataque ocurrió en la población Armando Alarcón del Canto, en el marco del toque de queda que imperaba por esos días posteriores a la catástrofe.
Los detenidos fueron identificados como el sargento segundo Jorge Elgorriaga Lavín; sargento segundo Cristián Martínez Flores; el cabo segundo José Caamaño; el soldado Omer Valdebenito Navarrete, y el soldado primero Esteban Muñoz González. En primera instancia, en vista de los primeros antecedentes, Enríquez dejó a los involucrados en prisión preventiva en la base naval de Talcahuano.
Relato de testigo
A las 1.00 de la madrugada del 10 de marzo, y mientras regía el toque de queda en la zona, la víctima salió a comprar cigarrillos junto a su amigo Iván. En el trayecto, fueron interceptados por una patrulla naval.
Según la declaración del acompañante del fallecido, los efectivos los golpearon con patadas y su armamento sin razón aparente. Los golpes se habrían prolongado por tres horas y le provocaron una falla multiorgánica que afectó sus riñones, pulmones y páncreas.
Posteriormente, en la reconstitución de escena, los navales reconocerían haber detenido a ambos hombres por no respetar la restricción, pero negaron haberlos golpeado.
“No nos pidieron los documentos. Nos dijeron qué andábamos haciendo y les dijimos que andabamos comprando cigarros. En eso, me pegaron en la espalda y me tiran al suelo. Después (de todo lo acontecido), nos vinieron a dejar botado a una cancha”, contó Iván en un reportaje de Londres38.
Por su parte, Javier Ahumada, abogado querellante, relató que “Iván trata de prestarle socorro a David, que yo diría que estaba en estado agónico. Y cuando fueron a darle auxilio, David ya estaba muerto”.
En tanto, Lilibeth Riquelme, hermana de David, aseguró que “se pasaron a llevar los derechos de mi hermano, porque ahí lo que tenían que haber hecho era llevarlo detenido o sacarle una multa, pero no matarlo y masacrarlo como lo hicieron. Fue abuso de poder”.

Más adelante, ya en julio de 2010, la Corte Naval resolvió dejar en libertad provisional a los cinco efectivos procesados.
La defensa de los marinos aseguró en un comunicado que “estos han ratificado su voluntad en continuar cooperando con el proceso sustanciado por la Fiscalía Naval de Talcahuano y reclaman la necesidad seguir investigando los hechos de la causa, a fin de encontrar al autor de los golpes que dieron muerte a David Riquelme”.
Además, anunció que “en los días próximos se solicitarán diligencias probatorias que acreditarán, fuera de toda duda, que los funcionarios de la Armada de Chile no ocasionaron la muerte de Riquelme”.

Condena
Sin embargo, el 25 de agosto de 2015, la Corte Marcial de la Armada determinó que los miembros acusados sí fueron responsable del homicidio de David Riquelme. Eso sí, la condena generó controversia: los cinco responsables recibieron penas de 3 años y un día de presidio, con el beneficio de la libertad vigilada, por su responsabilidad en el delito de violencia innecesaria con resultado de muerte.
En 2016, la Segunda Sala de la Corte Suprema confirmó la sentencia del tribunal militar.
Según consignó The Clinic, el tiempo transcurrido durante la (extensa) investigación interna de la Armada coincidió con el necesario para que los sargentos Elgorriaga y Martínez pudieran retirarse y quedar con una remuneración mensual vitalicia.
A modo de conclusión, el abogado Ahumada sostuvo que “ser pobre en Chile es un riesgo permanente de muerte”.