De tanto intentarlo e irse de fracaso en fracaso, de mala experiencia en mala experiencia, finalmente los eyaculadores precoces chilenos optan por la más drástica de las determinaciones: prefieren hacerle el quite al acto sexual.

Así lo determinó un estudio del Centro Miintimidad, que reveló que 8 de cada 10 compatriotas (82,3%) que sufren de esta disfunción deciden no volver a "fallar" en la cama y derechamente no lo intentan.

Odette Freundlich, directora de Miintimidad, especifica que las manifestaciones más frecuentes de los pacientes con eyaculación precoz son "la inseguridad que sienten en el momento de intimar, el miedo al fracaso, a la vergüenza, a no desempeñarse correctamente y no poder satisfacer a sus parejas".

De hecho, el mismo estudio revela otra escalofriante cifra relacionada con este "cuco" parido a la sexualidad: el 100% de los hombres con eyaculación precoz se siente inseguro y ansioso antes de iniciar un encuentro sexual. ¡Duro!

Dolor en silencio

Según el manual de Psiquiatría DSMV, la eyaculación precoz sucede aproximadamente en el minuto siguiente a la penetración vaginal y antes de que lo desee el individuo. Además, es una situación que se presenta a lo menos por seis meses, y en casi todos los encuentros sexuales.

Freundlich detalla que la eyaculación precoz puede ser leve (entre 30 y 60 segundos después del coito), moderada (entre 15 y 30 segundos), y grave (antes de la actividad sexual y hasta 15 segundos después de la penetración vaginal).

"Algunas de las fórmulas más usadas por los hombres que sufren eyaculación precoz son la realización de ejercicios perineales cortando el chorro de orina, retardantes, anestésicos locales, viagra o pensar en otra cosa", señala la especialista en sexualidad.

Pero... ¿qué tan efectivas son? Para la directora de Miintimidad, el éxito radica en "entender que la eyaculación es un reflejo y como tal, no se puede controlar voluntariamente. El reflejo de la eyaculación no se produce cuando la excitación sexual se mantiene por debajo del nivel que causa la eyaculación. La excitación sexual puede controlarse voluntariamente, por lo tanto, la clave es modular la excitación", afirma.

Claro que lo más importante es comprender que esto es algo que se debe trabajar con especialistas. "Esto no se logra con una pastilla, con una inyección o con un consejo, sino con el arduo y serio trabajo de un equipo multidisciplinario especializado en sexualidad y la perseverancia del paciente", recalca Freundlich.