Estadio Hugo Arqueros, el coloso de San Eugenio o la cancha de Ferro. Nombres le sobran al mítico recinto de Estación Central, donde la “Maquinita” ayer vivió una de sus jornadas más tristes y vergonzosas.

No fue un revés deportivo, de esos que se pueden superar en la próxima fecha, sino que uno que quizás no tenga solución: Ferroviarios fue desalojado para siempre de su casa deportiva, que lo acogió por más de 70 inviernos.

Una resolución judicial dictaminó el futuro del club, que no podrá volver a ser local en el estadio de Ramón Subercaseaux #3060, lugar donde tampoco podrán guardar sus copas ni sus recuerdos, que tuvieron que llevarse ayer sin derecho a pataleo y bajo la mirada de Carabineros.

¿Por qué los sacaron? Por una deuda histórica que, según la actual regencia, “es antigua y nunca se nos notificó. Hicimos un acuerdo de palabra, como caballeros y no se respetó”.

Uno de los encargados de la triste desocupación fue Gabriel Lagos, utilero que llevaba siete años recogiendo las camisetas en los históricos camarines del Hugo Arqueros.

“Vengo desde niño. En los 60 ya había trabajado de utilero y me da una pena inmensa. En este estadio jugó Pelé, Chino Caszely... ¡y ahora quieren convertirlo en un mall o una cárcel!”, lloró don Gabo, abrazado a dos copas.

Según la inmobiliaria “En vía”, “el uso de suelo seguirá siendo estadio y lo vamos a remodelar”, pero en Ferrito no le creen a la empresa. “Eso lo dicen para sobarle el lomo al municipio, pero apenas puedan cambiarán el uso de suelo, construirán una población y un centro comercial”, se lamentó Luis Tapia, presi del club, aunque avisó que “Ferrito no morirá, nos mudamos, nos podrán tratar de gitanos, pero el club seguirá vivo”, prometió.