Una providencial salvada vivieron ayer los cuatro tripulantes de un helicóptero, luego de protagonizar un aterrizaje forzoso en plena Costanera Norte, lo que dejó a tres de ellos con heridas leves, aunque el piloto salvó sin un rasguño.

Eran las 17.00 horas cuando la nave particular conducida por Esteban Solari Bonta (69), que salió del aeródromo Costa del Sol de Rapel, comenzó su aterrizaje en el aeródromo de Lo Curro, pero, aparentemente, a la altura del kilómetro 5 de la mentada autopista rozó con el rotor de la cola un poste de 12 metros del tendido eléctrico, perdiendo el equilibrio y cayendo en la pista norte.

Si bien Solari resultó ileso, su esposa Gioconda Bertoglio (65), su hermana Margarita Solari y la asesora del hogar Mónica Saavedra, resultaron con lesiones cervicales leves y fueron trasladadas a la Clínica Alemana.

Por suerte, a esa hora el flujo de vehículos era menor y no hubo otros accidentes. "Yo venía en auto y cuando lo vi como a 4 metros me desesperé.  Pensé que se nos iba a caer el helicóptero encima. Fue impactante", señaló el testigo Nelson Astudillo.

El accidente es el segundo de este tipo en menos de tres meses, luego que el 12 de febrero una avioneta Cessna 172 aterrizara de emergencia a la altura del puente de Tabancura.

Tras la caída, Carabineros interrumpió por varias horas el tránsito en dirección al poniente.

EXPERIENCIA

El helicóptero es un modelo Bell 407 apto para cargar hasta seis personas. Cercanos a Solari, quien es ingeniero y trabaja en una maestranza metalúrgica, aseguran que tiene más de 15 años manejando naves de este tipo y jamás había tenido un accidente de este tipo.

"Esteban tiene harta experiencia y nunca le había pasado algo así. Lamentablemente tocó el rotor de cola con un poste y una falla así es grave, pero entiendo que hizo lo más correcto para salir del paso", señaló Alejandro Chanes, amigo del piloto.

Felipe González V.