En el Cementerio Metropolitano hay una tumba abandonada que ni siquiera recibe la visita de los chinches: Es el nicho de Roberto Martínez Vásquez, alias el "Tila".

El sepulcro del violador y asesino permanece en la más absoluta desolación y está convertido en un bache de tierra y piedras chicas.

Tras suicidarse en su celda de la cárcel de Colina, el delincuente fue enterrado el 15 de diciembre de 2002 y desde ese día parece que nadie lo ha ido a visitar.

Sobre el nicho del "Tila" no hay otro adorno que maceteros con flores plásticas y una biblia de yeso autografiada por el "Alacrán".

Los restos de Roberto Martínez descansan en la empolvada fosa 607 del patio número 8.

Desde que el "Tila" fuera sepultado en diciembre de 2002, ningún panteonero recuerda haber visto a un solo visitante parado frente a su tumba.

La fosa de Roberto Martínez contrasta con la sepultura vecina que está adornada con flores frescas y hasta tiene una alfombra de pasto.

La actual soledad del nicho no se compara con el ambiente que se vivió en el funeral del "Tila", cuando su madre, doña Matilde del Tránsito Vásquez, lo fue a despedir junto a un cortejo de jóvenes, cabros chicos y vecinos de la José María Caro.

Los pocos vecinos que esa calurosa tarde conversaron con La Cuarta recordaron que el "Tila" también fue un despiadado abusador de animales.

"Salía a buscar perros grandes para que lo tiraran en un trineo", nos contaron en el funeral.

Quizás por lo mismo ahora ni siquiera los chinches se acercan a la tumba del "Sicópata de la Dehesa", cuyos gastos fúnebres fueron pagados por Gendarmería.

Roberto Martínez Vásquez se suicidó en la madrugada del sábado 14 de diciembre de 2002, en la cárcel Colina 2.

El delincuente, de 26 años, aprovechó un apagón que afectó al penal para colgarse de los barrotes de la celda con el cordón de su máquina de escribir.

El "Tila", acusado del homicidio y descuartizamiento de su polola y de cuatro violaciones a mujeres, no alcanzó a recibir condena.

Tras la película inspirada en sus crímenes y en su polémica rehabilitación en la cárcel, el "Chacal de Nahueltoro" se volvió tan popular que se generó un culto en torno a su figura, el cual tiene como eje central su tumba en el cementerio de San Carlos.

En el sepulcro de Jorge Valenzuela hay rogativas y romerías los días 1 de noviembre, el Día de Todos los Santos.

Emilio Dubois fue el alias del francés que se hizo famoso en Chile a comienzos del siglo pasado al ser fusilado por asesinar a 4 supuestos usureros.

La barra lo tildó de "Robin Hood" chileno y elevó al estatus de santo popular. Su tumba, en el cementerio Playa Ancha de Valparaíso, está convertida en una venerada animita llena de placas de agradecimiento por favores concedidos.