A los pokemones se les llegan a subir los tolompas de puro pensar en clases
Se terminó febrero y la lolería de las mechas planchadas por su mami regresa de las ricas vacas guata al sol para someterse a un año más del rigor escolar.
Hace dos años el tema de todos sería la posible revolución pingüina. Las autoridades comenzarían a hiperventilarse, los ojos de la barra se clavarían en los medios a la espera de cualquier atentado atómico en la Alameda.
La fauna de la capital contaría otra vez con esos cabros furiosos, capaces de hacer cualquier cosa por su adorada educación.
¿Qué miéchica pasó con los pingüinos? Muy simple: Fueron fagocitados por "terrible pollos". Las nuevas tribus los mandaron a comprar sopaipas y ahora nadie pesca a los guerreros de uniforme.
Pokemones, emos, peloláis y vampiros se tomaron las tribunas. Están para descuerar marzo, guardarlo entre sus pelos multicromos y gritarles a todos los papis confundidos: "No estamos ni ahí con los pitbulls (profes)".
DEPRES
La Cuarta quiso terminar con los prejuicios y vaciló con cuatro pokemones. Son de Lo Prado y no superan las 16 pepas.: Zunny, Bryan, Isabel, y Giuliano.
Todos entrarán a clases esta semana y el caracho no lo pueden ocultar.
-¿Entusiasmada, Zunny?
- ¡Tai loco! Ponerse uniforme es terrible, y más encima con este calor.
- ¿Y se va chantar jumper?
- No es tan así. Pero igual el pitbull es estricto. A mí me gusta usar falda cortita, cinturón y panties con hoyos.
- ¿Cómo lo hacen para que la "tía" no los pille en la puerta del colegio y les pegue la PLR?
- Nos metemos los chocos en la camisa. Y las minas disimulamos el pelo con pinches. No es tan difícil.
- Pero igual los deben cachar. Hay pokelolas que andan con estrellitas en el polerón y su cartera de cebra.
- Esas son las principiantes. Todavía no han evolucionado, ¿cachái?
- Pocazo.
- Nosotros somos viejos. Podemos pasar piola en el colegio, pero igual nos aburre. El chat es mucho mejor que el discurso de un pitbull.
FACHA
La vestimenta pokemona dista mucho de la buena pinta que profesan en los colegios. Sin embargo, los cabros saben que su imagen provoca ronchas mucho más allá.
- ¿Qué te dice tus papis, Bryan?
- Están acostumbrados. En verdad aceptan nuestra apariencia, porque saben que no tiene nada que ver con cosas raras y vicios....
- Pero la mayoría piensa lo contrario.
- Nos confunden con los flaites.
-El otra día me gritaron Chuck Norris en la calle. ¿Qué significa?
- Que te servís puras minas feas, washo.
C. "Chuck" Martínez
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