Abueli Georgina: "Me puedo morir en paz después de ver el muñeco"

Con más de 84 abriles en el cuerpazo, la nonita Georgina Uribe Muñoz se la jugó con tutti por estar en el bacán espectáculo. Y aunque hasta problemas para escuchar tenía la tigrita, contó ultra emocionada que "me puedo morir en paz después de ver a la gigante y el muñeco". Es que por pilas no se quedaba la octogenaria fémina, que estuvo desde las 10 de la matina en compañía de algunos de sus bisnietos: "Para mí ver esto es casi como el acabo del mundo. Es precioso, me quedé sin palabras". Prometió volver por más.
MAMÁ YASNA CUMPLIÓ EL SUEÑO DE SU HIJO CON NEUMONÍA Y LO LLEVÓ EN SILLA DE RUEDAS
A Yasna Spissini no le importó el caregallo, ni el medio pique desde Quilicura con sus tres peques para ver a los monicacos. Lo único que tenía en mente era cumplir el sueño de sus retoños de conocer a la Pequeña Gigante y su Tío Escafandra.
"A los niños les encanta venir a todas estas cosas culturales. Salimos súper temprano, como a las 8 de la mañana de la casa y esperamos varias horas para ver al "tío" acá en la Plaza Venezuela porque teníamos mejor vista y había menos gente", comentó.
Y aunque uno de sus chicuelos estaba medio enfermito, eso no fue impedimento para que esta mami hiciera las de Quico y Caco y sacara a toda la family de paseo: "Mi hijo que anda en silla de ruedas porque está con neumonía y tiene prohibido salir, pero igual lo sacamos para que viera este show tan bonito", cuenta Yasna mientras hacía la hora para irse a manyar con sus peques y vecinos del barrio al Mercado Central.
Amenazó con que hoy sí o sí vuelve para no perderse la última patita del pulento evento.
LA MAGIA SE ACABA FRENTE A LA MONEDA
Colorín colorado... hoy a las 11 de la matina este cuento comienza a acabarse.
La muñeca y su tío despertarán en la Plaza de la Ciudadanía, y caminarán por Alameda hasta Portugal. Ahí harán tuto hasta las 5 de la tarde, para estar de vuelta frente a La Moneda a las 20 horas.
¡GRANDE! "REINA DEL ANTICUCHO" LLEGÓ A PURO DEDO
Evelyn Candia, conocida en Lampa como "La Reina del Anticucho", no se quería perder el magno evento que tiene revolucionado enterito a Ciudad Gótica. Así que como pudo agarró a sus retoños Dylan de 6 pepas y Ronald de 9 añitos, y llegó a ver a los grandulones de madera.
Lo peor fue que sus planes estvieron a punto de irse de una al tarro de la basura porque no encontraba locomoción para venir a ver el cocido. Pero como la mujer chilena es grande y aperrada, se le prendió la ampolleta y encontró la solución: ¡Se vino a dedo!
"Como los colectivos estaban ocupados, nos vinimos haciendo dedo en un camión. Yo me emociono harto con estas cosas, es algo bien bonito, la adrenalina se pone a full", contó chocha la mami.
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