Hace una semana que Héctor Bravo Ávila se hizo famoso en Chilito. Si el nombre no le suena, le contamos que este sujeto se hacía llamar Sebastián Onur y se dedicaba a vender números de rifa falsos, a luca, en el Terminal de buses de Santiago.

La mayoría de sus víctimas eran mujeres, a quienes se les caían los chitecos por el parecido que tenía este pillo con el verdadero Onur, el protagonista de la teleserie de Mega "Las Mil y una Noches".

Pero esta no es la primera vez que Onur chanta hace de las suyas y engaña a las chiquillas. Hace un año decía ser médico y ofrecía cirugías a las bubis con las tremendas rebajas.

Así hizo caer en sus redes en agosto del año pasado a  Lisolet González y a una amiga de ella, a quienes les prometió un ofertón de aquellos. Una operación de 5 palos quedaría en un palo 300. "Se mostraba como que no quebraba un huevo, era tan creíble. Te envolvía con sus palabras", soltó al diario pop.

Cuatro meses se demoraron estas yuntas en juntar 400 lucas cada una para costear la reserva del pabellón para los soñados implantes.

En ese entonces, cuentan las damas, Bravo  decía que trabajaba en el Hospital de la Universidad de Chile y que por ser estudiante del lugar le hacían un precio.

 "Nosotras estuvimos sin trabajar dos semanas porque todos los días nos teníamos que juntar con él para una u otra cosa", soltó.

Dicen que las tramitó un mes completo. Les metía la chiva de que la máquina de láser para la operación se había echado a perder y por eso les retrasaban la intervención.

Ambas chicas se aburrieron de esperar y llegaron al hospital para cachar qué pasaba con el palo 300 que habían desembolsado. Hablaron con la directora y ella destapó la olla que dejó sin delantera a Lisolet.

“Los papeles que nos había entregado eran falsos. Lo llamamos y dijo que lo esperáramos, que venía en camino. Cuando llegó lo pescaron los guardias”.

Desde ahí Lisolet no supo más de Bravo, hasta que lo vio en las noticias por andar estafando en el terminal de buses. "Me quedo un poco más tranquila de que todos lo hayan visto y que todos lo conozcan y lo apunten. Por último que sufra un poco".

Ayer, La Mañana de Chilevisión descubrió al falso Onur y habló con él, quien se disculpó en pantalla por sus fechorías y por utilizar maliciosamente el logo de la U. de Chile.

“Yo sé que me equivoqué en un principio y eso lo tengo más que claro en colocar el logo de la Universidad de Chile y usar un uniforme que a mí no me correspondía. Pero la rifa no era completamente falsa porque los premios yo me los conseguí con amigos, con conocidos, con contactos que tenía”.

Además, aseguró que quería seguir otro rumbo. "A partir de todo lo que ha pasado necesito cambiar y empezar de cero", juró.

En el 2009 Bravo fue atrapado chanchito por el programa la Ley de la Selva. En varios eventos comunitarios se hizo pasar por conductor del programa. Hasta alcaldes cayeron en la trampa.

La abuelita de este sujeto aseguró a este medio que su nieto es un cabro bueno "que nunca ha estado preso".

Junto a esto contó que “Nano, como ella lo llama, tiene problemas psiquiátricos (bipolaridad) y que debe ser internado.

Explicó también que lo ha visto muy afectado con el "cahuín" del último tiempo y por su aparición televisiva. "Llega en las noches, toma té y se pone a llorar".

En cuanto a la plata que ganó vendiendo rifas, dijo que jamás cantó Gardel en la casa. "Hoy tuve que pasarle dos lucas porque no tenía ni uno".