Agobiado abuelo asesinó a esposa e hijo
Problemas siquiátricos no diagnosticados que sufría el periodista Marcelo Valentín Lara (41) habrían desencadenado la depresión de su madre Leonor Graciela García Salazar (69), y en definitiva el asesinato de ambos.
José Lara Lara (69) se cambió a vivir a La Florida hace dos años en busca de la tranquilidad que encontró en una vivienda de calle San Jorge.
Los vecinos recuerdan que el jubilado de una empresa de telecomunicaciones era súper piola. Que apenas lo veían salir a comprar el pan, siempre de la mano de su mujer, con quien tenía gestos de mucha ternura, como si fueran unos recién casados.
El amor de Lara se transformó en violencia la madrugada de ayer, cuando a las 2.30 llevó a la práctica una decisión que barajaba hace un tiempo.
José asfixió a su señora mientras dormía en la cama matrimonial y luego hizo lo mismo con su hijo, pero en vez de sofocarlo con sus manos le destrozó el cráneo con un madero de 50 centímetros de una pala.
Agobiado por la salud mental de sus familiares "habría tomado la decisión de quitarles la vida", explicó el subcomisario de la PDI, Héctor Marín.
El parricida y femicida tenía pensado suicidarse y para explicar la razón de sus actos escribió dos cartas, pero algo pasó por su cabeza que cambió el curso de los acontecimientos.
Junto a los cadáveres aún frescos de sus seres queridos, José llamó a las 6 horas a su hija Leonor y le confesó lo que había hecho. La mujer con su cónyuge se fue hacia la casa a ver si podía hacer algo, pero solamente constató el hecho al descubrir a su padre con el rostro cubierto de sangre y alertó a la policía.
En cuestión de minutos el caso pasó a la Brigada de Homicidios de la PDI, que puso a disposición de la Fiscalía Oriente al autor confeso del doble homicidio.
Flor Díaz tiene un almacén a la vuelta de la manzana y la tarde anterior a los asesinatos atendió a la pareja de ancianos. Contó que no vio nada raro, que como siempre iban de la mano porque sólo se despegaban para sacar plata y pagar las compras.
Otro vecino comentó que la pareja no se metía con nadie y su hijo menos, a quien calificó como alguien con personalidad y gestos "robóticos".
Ema Catalán vive frente a la casa de la tragedia y ayer se despertó por el ruido de las patrullas de carabineros. Contó que no sintió ningún ruido que revelara el drama que se desarrollaba a unos metros de ahí.
El fiscal Roberto Contreras Puelles informó que es un delito cuya pena va desde las 15 peras y una guinda hasta presidio perpetuo.
En el control de detención José Lara escuchó tranquilo los detalles del delito del cual se lo acusa y al final les tiró besos a los familiares que lo fueron a ver. Ellos no quisieron hacer declaraciones. Aún estaban en shock.
Lara quedó en prisión preventiva durante los 90 días que dure la investigación.
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