Poco a poco Alexis Sánchez está justificando aquello de "Niño Maravilla". Y ayer, en la victoria del Udinese 2-0 sobre el Torino, disputado en el estadio Friuli, de Udine, la gallá quedó loca con las fintas y amagues del tocopillano.

Está bien, todavía no la enchufa, pero los críticos tanos -que suelen ser bastante duraznos con los extranjeros- lo ensalzan partido a partido, especialmente porque se les llenan los ojitos de lágrimas con tanta cachaña de potrero.

Lo dice La Gazzetta dello Sport, en su edición online, cuando menciona que la vivacidad de Sánchez provocó crisis en la retaguardia turinesa. Antes del primer gol de Quagliarella (44'), una jugada suya entrando por la izquierda había levantado a los tifosi de sus asientos.

Y después, cuando pasó al lado derecho con el ingreso de Di Natale, su presencia se hizo más peligrosa para los visitantes. Incluso, en el diario deportivo milanés destacan un remate suyo "al estilo de Del Piero".

La segunda pepa de Quagliarella cerró una mocha que comenzó pareja, pero que en la segunda patita fue totalmente favorable al elenco de Sánchez (salió faltando un minuto para el final) y del "Huaso" Isla, que jugó todo el partido, confirmando que ya se ganó un puesto en la oncena de Marino.

Y mientras Sánchez e Isla festejan, David Pizarro, que sigue lesionado, lamentaba la derrota ante el Siena 1-0, de visita, con pepa de Frick (46'). Los romanos, más encima, sufrieron las expulsiones de Mexes y Panucci.

RUBIO SALVÓ AL BASILEA

Y si en Udine le tiran cualquier cantidad de flores al "Dilla", en Basilea están más que contentos con el rendimiento de Eduardo Rubio.

Ayer, el ex colocolino se matriculó con la pepa del empate 1-1 con el Grasshoper, lo que le permitió a su equipo mantenerse en la punta del torneo suizo.

Ricardo Cabañas había abierto la cuenta a los 14', pero el "Pajarito" puso las cosas en su lugar a los 46'.

Ésta es la segunda conquista del ariete nacido en la Cato con la camiseta azulgrana.