En ocasiones, quien se ha separado o enviudado después de una larga relación, siente que ya se pasó el tren del amor y que nunca volverá a pisar el palito. ¡Pero ojo! Que siempre hay nuevas oportunidades.

Según los capos de Match.com, es importante "explorar nuevos lugares en los que practicar actividades intelectuales o deportivas con personas afines o sitios de citas en los que hay muchas otras personas en la misma situación sentimental".

¿Qué hacer, entonces? Papita: lo primero es quererse un poquito y "quitarse el chip de la carencia y sentirse merecedor/a de buenos vínculos".

"Las imposibilidades internas suelen tener más peso que las externas y es bueno trabajar los propios temores y cárceles mentales. Sentirse viejo no es algo que tenga que ver con la edad cronológica sino con cómo se siente cada quien con su propia vida y experiencias. Hay personas que se sienten cansadas a los 30 y otras que se perciben – y actúan en consonancia – muy vitales a los 70. La juventud es un estado mental y anímico", explica Valeria Schapira, experta en relaciones.

"Es bueno tomar distancia de la glorificación de la juventud que se hace en los medios de comunicación. La vida nos brinda enseñanzas a cada edad y muchas veces un amor que llega en la madurez puede ser mucho más nutritivo que el que nace cuando aún no se tiene tanta experiencia de vida. Un amor maduro suele ser más realista y menos demandante", explicó.