Cada vez que se publica un ránking sobre el manejo del inglés, Chile aparece en los últimos lugares, incluso a nivel latinoamericano, dejándonos en absoluta vergüenza.

Sobre todo, si consideramos que en un mundo globalizado, este idioma es la clave para expandir los horizontes, ya sean laborales o personales.

Consciente de la enorme brecha que supone para algunos la barrera idiomática, Bárbara Conejeros (31) quiso poner su grano de arena para el cambio.

Hace un año, se pegó el salto y fundó MicLearning, una empresa donde los estudiantes y sus necesidades son el foco principal.

"La gente, cuando llega a tomar clases de inglés, lo hace con una especie de trauma, ya sea porque antes tomó clases y no aprendió nada o porque creen que es muy difícil y por lo mismo, se bloquean", explicó a La Cuarta.

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Con una treintena de alumnos que han logrado aprender el idioma en lo que lleva funcionando MicLearning, Bárbara cree que el enfoque de enseñanza es la clave de su éxito.

"Nosotros nos preocupamos de generar confianza con los estudiantes, y por eso la primera clase se basa en conversar con él, darnos a conocer también como personas. En el fondo, que comprendan que para nuestra empresa no es un número, sino que los alumnos son seres humanos y que sus intereses nos importan", agregó.

Desde energías renovables hasta "Game of Thrones". "La gente llega con cierta ansiedad por tener que hablar en inglés. Por lo mismo, se hace necesario bajar esa sensación, para que pueda aprender. Por eso, buscamos que nos cuenten de sus temas de interés y, desde ahí, nosotros vamos reforzando los conocimientos", señaló Bárbara.

¿Cómo aprender inglés?

- ¿Y cómo?

- Por ejemplo, tenemos una estudiante a la que le encanta "Game of Thrones", entonces, las clases las dedicábamos a comentar el último capítulo, describir la historia de un personaje, entre otras cosas.

Como le gusta la serie, se siente cómoda para abordar ese tema en inglés, y eso le va facilitando el aprendizaje.

- Es ultra personalizado, entonces...

-Claro, tuvimos otro estudiante que su trabajo era en energías renovables, por lo que cada clase iba abordando esa área de conocimientos.

Así, iba incorporando conocimientos que le fueran ayudando en su trabajo. Esa es la diferencia que existe con otros institutos, donde se pasan los contenidos de acuerdo a los libros, de manera estructurada, y no según lo que cada persona fuera necesitando.

- ¿Qué otras cosas hacen la diferencia?

-Nos preocupamos de generar un espacio seguro, en donde nuestros alumnos puedan equivocarse y no sentirse mal por ello.

Fomentamos la confianza entre profesores y alumnos, y realizamos el refuerzo positivo de alentar al estudiante cuando ha ido avanzando.

Por otro lado, el alumno decide dónde tomar las clases: si en su casa, en su oficina o en un café. Incluso, cuando han tenido que salir de la ciudad, pueden realizar su clase a través de Skype o mandar sus tareas por audios de WhatsApp.

- ¿Y cuánto cuesta tanta maravilla?

-Este es un curso personalizado, que en otros institutos alcanza el $1.500.000, en nuestro sistema cuesta poco más de un tercio: $650.000.

Además, entregamos facilidades de pago, para quienes no puedan pagar todo de una.