Arma hechiza no les funcionó a choros y José Carreño se los comió con limón
La calle es una verdadera escuela para muchos jaguares, que son seducidos por su magia y metiendo la chala aprenden a sobrevivir en la "selva de cemento".
Uno de estos criollos es José Carreño (41), quien desde péndex "hacía la cimarra para ir a cortar boletos en las micros. Tenía como 10 años y me retaban ene en la casa", dice el jefazo.
MILITANTE
Esos inicios marcaron al Pepe, quien llevó su vida por la senda de las micros amarillas. "Soy un nostálgico, al igual que todos los que trabajamos en ellas. Hoy nos reencontramos con los colegas y todos compartimos ese sentimientos", revela.
Pero sus cuatro retoños lo obligaron a juntar billullo y por eso ahora tiene doble militancia: "En la mañana trabajo en el Transantiago y después en el taxi".
"Aunque suene increíble, mi señora se complica con mi trabajo en el 'techo amarillo', pues los cumas ahora andan tras el efectivo y como las micros ya no lo tienen, se sacan el pillo con los taxistas", asegura sin temores.
SALVADA
El susto de su mujer se produjo por un intento de asalto "que casi me hace parar las chalas", sopla José.
Aunque robos hay por montones en el rubro, la cosa cambia cuando los fierros entran al baile, y más aún cuando son "hechizos".
"Dos tipos me llevaron en una carrera y, cuento corto, me encañonaron con una de esas armas. Reaccioné con pura adrenalina", rememora.
Después de aniñarse, Pepe logró que se bajaran del auto, "pero me dispararon o lo intentaron". Dice que el arma "no funcionó y agarré lo que encontré a mano para reducirlos. Al final el fierro se disparó en el suelo y salieron arrancando. Pero en la carrera se les quedó un bolso y una zapatilla. Vinieron por lana y salieron trasquilados, jajajá. Defendí mi plata, pues era para pagar una deuda".
- ¿No quedó saltón?
- Sí, después viene el alcachofazo. Lo importante es tener plata y para eso necesito las dos pegas. Me gusta el taxi, por el buen trato de la gente, que en la micro es todo lo contrario.
- Chis, pero lo persiguen los cumejas...
-Jajajá. Antes era en las micros antiguas. Es parte de la pega y además el taxi tiene cosas lindas, como conocer gente y ayudar. Una vez llevé a una señora al hospital gratis y con un simple "gracias" uno queda pochito de satisfacción.
-¿Y hasta cuándo en las dos pegas?
- Hasta que el cuerpo dé y los niños estén grandes. Después mi hijo seguirá en el taxi y yo me quedaré con mi gran amor: La micro.
Alfredo Jacques A.
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