En el camarín bullanguero los carachos eran más tristones que nunca.  Claro, si nadie pensó que los querubines del Pelón Nelson Acosta le hicieran la gracia en el mismísimo Nacional. Y eso no es todo, ya que por primera vez en el añeli, los azules reciben tres pepas de una tirá.

"Jugamos mal, pero todavía quedan noventa minutos para cerrar la llave y dar vuelta el marcador, así que iremos a Viña con toda la ilusión. Creo que por ahí entramos dormidos, pero ya está, a dar vuelta la página y a pensar en el próximo partido", dijo Walter Montillo, quien fue uno de los que más le puso.

Para más recacha, el arquero Miguel Pinto coincidió con su compipa Montillo y reconoció que "entramos dormidos y ellos tuvieron más hambre que nosotros". Plop.

Lo claro es que el Chuncho jugó como las bolinis y el primero que se picó fue Marco Estrada, quien le apuntó al comentario: "No mostramos nada, así que me voy picado. Es una impotencia, ya que insisto, no mostramos nada. Aún tenemos otro partido, así que a seguir luchando".

Mientras que el Colocho Manuel Iturra, que esta vez no le puso bueno con la gordita regalona, dejó en claro que "no hicimos un buen partido, por eso que Everton nos pasó por arriba, pero la confianza está y sólo nos queda salir a ganar sí o sí en Viña. Es lamentable por la gente que llegó al estadio, pero ya está".

Aunque a los peloteros del equipo bullanguero había que hacerlos hablar a la fuerza, y con razón, igual pascual el che Leonardo Mas dijo que "se jugó mal, como hace tiempo no lo hacíamos, pero hay que tener la confianza en poder dar vuelta el marcador. Sabíamos que sería complicado, ya que ellos juegan bien, pero quedan noventa minutos para cerrar la llave".

Si hasta Federico Valdés, caporal de Azul Azul, quedó marcando ocupado, "pero en la vida todo es posible. Será complicado, pero nada es imposible. Everton es un equipo sólido, pero se le puede ganar. Los jugadores están bajoneados, pero saben que tenemos una opción", remachó.