Tal como reza el refrán futbolero "y cuando mejor jugaba el equipo, vendría esto...". Claro, los barberos la estaban rompiendo en nuestro país, forrándose con su fiel y numerosa clientela, pero todo cambió.

Llegó el odioso Covid-19 y el encuevamiento fue total. Y sí la mayoría de las pymes se fueron a las pailas, los maestros peluqueros no fueron la excepción: guardaron las tijeras y navajas hasta nuevo aviso.

"Los independientes estamos sufriendo mucho con este tema, las pérdidas económicas ya se están haciendo notar bastante... Atiendo en mi casa (Talcahuano) con todas las medidas: mascarilla, guantes y alcohol gel para los clientes cercanos. Sólo dos cortes por día como máximo", dice "Ale Barberking", el barbero de los futbolistas.

Justamente, sobre los peloteros encerrados, cuenta que "hace poco Valber Huerta me escribió porque quería cortarse el cabello solo. Creo que la mayoría está haciendo lo mismo, cortarse ellos el pelo y a mis amigos futbolistas los he aconsejado para que puedan hacerlo".

Puertas cerradas

Como una de las más destacadas barberías, Sir Camel ha emperifollado a medio mundo a punta de talento de su personal. Eso sí, esta vez optaron por cerrar su sucursal en Santiago para así proteger a los suyos.

"Era riesgoso para barberos y clientes. El rubro es mucho contacto y así es complejo. Tampoco vamos a domicilio porque es mucha responsabilidad. Está difícil el panorama, tenemos algunos fondos y tratamos de ayudar a nuestros trabajadores, pero al final del proceso vamos a tener deudas y ahí nos preocuparemos de no quebrar", señaló Constanza Villalobos, a cargo de la empresa.

Clases al refri y ahora solo piensan en parar la olla

La barbería Brian Murden también ha sido de las más empeñosas y solicitadas en Santiago, con habitual clientela en Puente Alto.

Eso sí, su dueño, de igual nombre que la empresa, instaló una academia donde además se realizan cursos de peluquería y todo el rubro ligado a la belleza y cuidado de las personas.

Por lo mismo, Murden la ha sufrido en estos días de cuarentena, ya que el rubro se fue a pique de una y tuvo que mandar al congelador sus clases para solo sacar lucas en su barbería.

"Ha sido el mes más malo de mi vida en cuanto a ganancias. La gente que trabajaba conmigo la tuve que mandar a la casa, ahora hago un solo corte al día", cuenta el capo de las tijeras y profe de peluquería.

En ese sentido, el panorama a futuro sigue siendo negro para Brian, considerando que su único ingreso monetario está estancado y tiene que parar la olla en un sector donde el bicho los dejó sin pega.

"No tengo entradas, no hay sueldo, lo que trabajamos no sirve para las deudas, como rubro corremos peligro", dice.

Y claro, el maestro peluquero la tiene clara y ahora de lo poco tratará de hacer mucho, por lo que asume que en los próximos meses "lo que gane lo invertiré en comida. El peluquero trabaja y come, es un oficio del día a día".