El terror que produce la crisis nuclear en Fukushima o el alumbrado símbolo de "Peligro" hizo que un bombero decretara una verdadera alerta de radiación en la comuna de Cerrillos, luego que un niño llevara al cuartel y con sus propias manos una ampolla medicinal con contenido radiactivo.

El hecho se produjo cerca de las siete de la tarde en las puertas de la Segunda Compañía de los chicos buenos de Cerrillos y Maipú. En ese lugar un niño de entre 10 a 12 años tocó la puerta y entregó un paquetito.

"Un niño golpeó y entregó la fuente radiactiva a bomberos para luego alejarse rápidamente del lugar", señaló Osvaldo Hidalgo, jefe del departamento de Prevención de Riesgos de la Seremi de Salud.

El paquete llevaba una ampolla de vidrio de unos cinco centímetros de largo que estaba sellada. El niño sólo dijo que había encontrado el objeto en una micro del Transantiago.

Tras la alerta, de inmediato llegó al lugar la Seremi y personal especializado de Bomberos, quienes midieron los niveles de radiación en una cuadra a la redonda.

Tras analizar el lugar, el personal determinó que había un peligro muy bajo de radiación.

Pese a lo piñufla de la ampolla, igual no se pudo identificar su radio de isótopo, por lo que fue llevada hasta la Comisión Chilena de Energía Nuclear para determinar su peligrosidad.

Las autoridades indicaron que buscarán al menor que llevó la fuente radiactiva hasta la Bomba, ante el peligro de que tenga otra.

De acuerdo a los expertos que llegaron a la emergencia, el aparato generaba 0,4 microciber, que es una millonésima parte de un miliciber. Lo normal es que un humano reciba 20 miliciber al año. En la planta de Fukushima se ha registrado radiación tres mil veces superior a la normal.