Por más que ande con las mismas zapatillas del Chapulín Colorado, Marcelo Espina no pasa piola como un sabanda más en busca de la noticia. Con el micrófono a dos manos de ESPN, el “Cabezón” llegó ayer a sapear la primera práctica de la Roja en Nueva York y, a diferencia del perraje, hasta de besos se fue con varios cracks de la Selección, sobre todo con los que fueron criados en la Ruca del Cacique.

El “Calamar” no es cualquiera, pero a la hora de mojarse el poto sí responde con la elegancia del que la tira al córner y no se complica. “Creo que la final de este domingo va a ser pareja”, repite con ese verso lindo que tienen los hermanos argentinos cuando llegan a comerse todo lo que está a su paso en Reñaca.

- Yaaa, Marcelo. Pero la Albiceleste está más picada, ¿o no?

- A ver, es cierto que la fase de grupos de Chile no fue buena, incluso estuvo en riesgo. Pero después en el uno contra uno recuperó la memoria y se hizo la selección fuerte que es. Argentina fue más constante en todo el torneo, con un rendimiento muy bueno, y por ahí puede estar la diferencia.

- En todo caso, de lado y lado se tienen ganas, eh...

- O sea, lo que yo veo es que se respetan mucho. Hay 8 ó 9 jugadores, si sumamos los de ambos lados, que el 2007 jugaron esa semifinal en Canadá del Sub 20. Y, más encima, va a ser el cuarto partido en los últimos doce meses entre ellos, así que sorpresas habrá muy pocas.

- Sí, pero Maradona ya les dijo que si arrugan mejor que ni vuelvan..

- Jajaja. Obvio que hay una necesidad de ganar de todo el país, porque muchos de ellos juegan su tercera final consecutiva, pero para mí esa presión es la misma que tiene cada vez que Argentina inicia un torneo.

-¿A Chilito cómo lo ves?

Me llamó poderosamente la atención la cantidad de críticas que hubo de la prensa y la gente chilena con un técnico que hace 2 meses que está en el cargo y ya llegó a una final

- ¿Nos fuimos al chancho, Marcelo?

- Es que el equipo recién empezaba. Fueron demasiado exitista, porque ahora están opinando todo lo contrario. Después “de” es fácil.

- La última. ¿Y qué pasó con Colocolito?

- Fue cierto que me junté con ellos, pero quedó ahí en la reunión nada más. Quedaron de llamarme, pero nunca lo hicieron.