El Mago Valdivia y el Feña González no pueden estar tan equivocados. Si los ídolos toman leche, por algo será.

- Combate la depresión y el estrés. La leche es alta en vitamina B, fundamental para el buen funcionamiento del sistema nervioso. Favorece el control de hormonas como el cortisol y por eso puede ayudar a combatir el estrés y la depresión.

- Es un excelente rehidratante para después del sudor de pecho. Contiene casi 90% de agua y nutrientes para la rehidratación. También proteínas y grasas de digestión lenta para recuperar a los que hacen deportes.

- Ayuda a tener un tutito mejor. La leche tiene un aminoácido precursor de la serotonina, sustancia química producida por el cuerpo humano que contribuye a mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo. Por lo tanto, ayuda a estar más relajado y a dormir mejor.

- Es muy útil en caso de quemaduras, fracturas, intervenciones quirúrgicas, embarazos y crecimiento. “En esas y en otras situaciones especiales, en que se requiere una mayor cantidad de energía y nutrientes para su reparación, los alimentos altos en proteínas y calcio, como la leche, son una excelente alternativa”, señala Héctor Carrasco, nutricionista de Nestlé.

- Ayuda a controlar la presión arterial y prevenir enfermedades cardiovasculares. Un vaso de leche descremada contiene cerca de 300 milígramos de potasio, equivalente al 9% de la cantidad diaria recomendada por la OMS (3500mg/día).

- Mejora las defensas. Los aminoácidos de buena calidad presentes en la leche mejoran las defensas del organismo y participan en la formación de tejidos musculares, óseos y glóbulos blancos.

- El calcio de la leche es fácilmente asimilable. Cuesta menos absorberlo que el calcio de los vegetales.