Camila Miranda y sus proyecciones de la nueva Constitución: “No se trata de borrar lo que se ha hecho hacia atrás, sino preguntarnos qué Chile necesitamos”

La candidata al Consejo Constitucional del Frente Amplio es presidenta de la Fundación Nodo XXI. En el proceso anterior se la jugó por el Apruebo, y a pesar de que su trabajo está directamente relacionado al debate político, es su primera vez postulando a algún cargo de elección popular. “Necesitamos una constitución que nos sirva para resolver problemas que arrastramos como sociedad hace harto tiempo”, comenta a La Cuarta.

A pesar de que nadie en su familia es futbolero, Camila Miranda desde muy joven se interesó por este deporte, formando parte de varios equipos en un contexto en donde el fútbol femenino ocupaba un espacio mucho menor al actual dentro de la sociedad chilena. La oriunda de Quinta Normal se desenvuelve en un escenario que poco a poco se ha ido abriendo, y en la actualidad forma parte de un equipo feminista llamado Femibolches, con el que participa en ligas y entrena frecuentemente al ritmo de Paloma Mami y Princesa Alba.

Pero ahora que se está postulando al Consejo Constitucional, no ha tenido tanto tiempo para el deporte: “Ahora, al menos, trato de resguardar una vez a la semana mientras estoy en campaña, pero en general juego harto fútbol”, dice a La Cuarta.

Gracias a su experiencia dentro de la cancha, Camila asegura que ha podido hacer “varias relaciones con el escenario político y también con la discusión constitucional”, ya que desde su punto de vista el fútbol comparte varios matices con la política. “El fútbol es un espacio de encuentro, no solamente de competencia, sino que de socialización y creo importante hacer ese nexo con el debate institucional”, asegura.

El lugar en donde más cómoda se siente dentro del campo de juego es siendo defensa, algo que también refleja en su pensamiento político, ya que su bandera de lucha es la defensa al derecho a la educación y los derechos de las mujeres.

Camila está disputando el campeonato más importante de su carrera, por ahora la candidata del Frente Amplio por la región Metropolitana tiene la mirada puesta en la gran final: las votaciones del próximo domingo 7 de mayo, donde los chilenos y chilenas tendrán que elegir a los 50 miembros del Consejo Constitucional. “No se trata de borrar lo que se ha hecho hacia atrás, sino preguntarnos qué Chile necesitamos y qué herramientas necesitamos para eso”, comenta Camila.

Cuestionario

Desde una oficina en Bellas Artes, la militante de Comunes responde al cuestionario del diario pop en clave futbolística.

—Complete la oración: El fútbol se parece a la política, porque

—Porque hay equipos jugando, que tienen ideas y planteamientos y también porque el fútbol tiene sus reglas, la política también tiene sus reglas, a veces funcionan bien o mal, y por eso el debate constitucional es importante.

—¿Con qué figura de la política jugaría un partido?

—He jugado varios partidos con otros representantes de la política en términos del debate, pero en este momento me gustaría jugar con (Rodrigo) Delgado, para hacerle algunas preguntas en la cancha.

—Político al que le gustaría ganarle un partido.

—A José Antonio Kast, definitivamente.

—¿Por quién de la política se arriesgaría a recibir una tarjeta roja por defender?

—Por la ministra Javiera Toro.

—¿En qué político confiaría para que hiciera de árbitro?

—Carlos Montes es una persona que escucha, que permite producir un diálogo.

—Político al que le daría clases de fútbol.

—A Diego Schalper le faltan clases.

—Político que lo haría mejor de aguatero.

—El sheriff del Partido de la gente (Gaspar Rivas) lo haría mejor de aguatero, y Pamela Giles también.

Su ingreso a la política dura

Tras varios años dedicada de lleno a la investigación y análisis del debate político, sintió la responsabilidad de involucrarse de manera más directa, participando activamente en la campaña del apruebo. Pero tras el fracaso en las urnas el 4 de septiembre del 2022, surgió la posibilidad de postularse para formar parte del grupo encargado de redactar una nueva Constitución, algo que sintió casi como algo imperativo.

—¿De dónde surgió la idea de candidatearse?

—Primero hay una dimensión más política y otra vivencial. La vivencial es que yo vivo y nací en Quinta Normal y desde ahí en el colegio al que fui, la familia que tengo, experiencias que tuvimos sobre endeudamiento de salud, de educación es que yo me involucré políticamente. Para mí hay cosas que no deberían ser normales para nadie.

“Participo en política desde que dirijo la fundación Nodo XXI y antes también siendo investigadora de la fundación. Me he dedicado al debate constitucional, en particular al derecho a la educación y los derechos de las mujeres.

Había colaborado con el proceso anterior intensamente y me parecía un desafío y una responsabilidad poner en común conocimiento mi experiencia vital, porque estoy convencida que necesitamos una constitución que nos sirva para resolver problemas que arrastramos como sociedad hace harto tiempo”.

—¿Fue frustrante la derrota en las urnas del proceso anterior?

—Para todos quienes la jugamos por el proceso constitucional y democrático y nos la jugamos por la opción del apruebo como posibilidad de abrir un nuevo camino en Chile, por supuesto que fue frustrante y agotador. Pero en política también uno sabe que hay que enfrentar las derrotas sacando aprendizajes y algunos de esos para mí son el rico debate que se vio durante ese proceso.

“En Chile nunca habíamos podido discutir tan abiertamente el marco constitucional, entonces creo que hay mucha riqueza, muchas organizaciones participaron con iniciativas populares. Entonces si bien hay una decepción y cansancio, también hay aprendizajes y enriqueció la forma de hacer política en Chile y creo que eso no hay que olvidarlo, no solo dar vuelta la página y ver el resultado, sino que también hay que recoger las buenas experiencias de ese proceso”.

—¿Qué crees que hizo que la gente votara por el rechazo la vez anterior?

—Yo creo que hay dos factores, uno tiene que ver con que había una expectativa muy alta, de ser un órgano que se diferenciara del sistema político en general, el cual genera desconfianza.

“Tenemos un Congreso que tiene una nota roja por la mayoría de la ciudadanía entonces había una expectativa de un espacio político distinto y se produjeron acontecimientos, algunos aislados, otros no, que generaron esa desconfianza y a mi parecer una frustración.

Y la segunda tiene que ver con el factor de desconexión, creo que hubo una desconexión muy grande, por distintas razones, de cuáles han sido las demandas principales de la ciudadanía respecto al proceso de cambio, que son las que estaban en el estallido, como que no fuera normal vivir de la deuda, que no fuera normal la impunidad por los abusos, una serie de cosas que fueron acumulando malestar, y que a mi parecer, durante el proceso de Convención Constitucional no estuvieron necesariamente al centro.

Esa desconexión a mi parecer permitió que tuviesen más espacio los temores que la oportunidad y evidente que en una situación pospandémica es más claro y te da más confianza algo seguro, que diez mil oportunidades, creo que ahí hubo una falta de lectura del escenario, de mayor diálogo con la ciudadanía y mayor escucha por parte de la convención”.

—¿En este proceso se está trabajando para no cometer los mismos errores?

—Yo he sido bastante crítica del diseño de este proceso y parte de mi decisión de participar tiene que ver con participar del espacio electo, porque me parece que se pueden cometer errores por el otro lado, en el sentido de partidizar en demasía el debate y entonces que se produzca una distancia con la ciudadanía por otro lado, porque hoy día los partidos políticos representan un porcentaje muy pequeño de la sociedad en Chile. Entonces si no se tiene conciencia de eso y no se abre el debate a la escucha ciudadana, y a las prioridades que tiene la ciudadanía también puede tener problemas.

Prioridades

—Como futbolista aficionada ¿cuál es el rol que debe tener la nueva constitución en temas de deporte e igualdad?

—Creo que esta constitución tiene que ser un paso concreto en la democracia paritaria, y esto tiene tres bajadas que después influyen en el deporte, la cultura, en todos lados. Una es la igual representación en los espacios electos y también colegiados.

“Otra tiene que ver con reconocer derechos de las mujeres, como el derecho a una vida libre de violencia. En el fútbol se experimenta en las jugadoras muchas situaciones de violencia vinculado al ser futbolistas.

Otro tiene que ver con reconocer el trabajo doméstico y el cuidado, conocemos casos de futbolistas de la selección femenina que son madres y tienen que librar con ambos ámbitos. Yo creo que tiene que haber un derecho al cuidado generalizado que permita que haya servicios públicos al respecto. Todas esas medidas que expresa la democracia paritaria permiten que haya igualdad también en el deporte.

Sobre el deporte mismo creo que hay una dimensión de comprender la educación como un espacio de desarrollo, no solo de contenido, sino que también de habilidades. Creo que el deporte tiene que ser central en nuestro proceso educativo y también desde la perspectiva al derecho a la ciudad, mientras haya más espacio para que podamos jugar, hay menos posibilidades de que reproduzcamos situaciones de delincuencia o de falta de convivencia, entonces creo que hay varias partes de la constitución que permiten que el deporte sea un espacio de encuentro, diversión, pero también de educación y socialización”.

—¿Te gustaría ocupar algún otro cargo en la política posteriormente?

—Nunca me habían planteado ir a un cargo electo antes de este escenario. Yo dirijo un centro de pensamiento, me dedico a la investigación y a los estudios, y eso me gusta harto, y participo de este proceso, porque tiene que ver con una discusión de qué sociedad queremos tener y no me he planteado hasta este momento otro tipo de desafío, al menos electorales.

—”La propuesta constitucional no necesariamente resuelve la crisis social”, comentaste hace un tiempo en el programa Mentiras Verdaderas. ¿Qué hace falta para superar esta crisis?

—Sostengo esa idea porque lo que hace una constitución es ajustes institucionales, reconocimiento de derechos, permite una cancha distinta donde jugar, pero cómo se juega en esa cancha y como se comportan los jugadores es otra cosa.

“Si una constitución abre más espacios de participación para que la ciudadanía plantee sus malestares sin que tenga que haber un estallido, eso permite empezar a resolver la crisis social. Si hay espacios de participación real, si se enfrentan los abusos, eso permite abordar la crisis social, que es una crisis de desconfianza, pero también es una crisis de condiciones materiales de vida.

Uno puede cambiar muchas normas y que se mantenga la crisis social, por eso sigo sosteniendo que la constitución no necesariamente va a resolver la crisis social, pero sí nos va a permitir otra cancha donde jugar”.

—¿Cuáles son los principales desafíos que tiene la izquierda de plano a las votaciones?

—Primero asumir aprendizajes de la derrota del plebiscito del 4 de septiembre. En segundo lugar es importante la conexión con el sentir de la ciudadanía, que siempre ha sido una expresión de la izquierda sobre las condiciones de vida, sobre sus derechos, y también hoy día asumir el dilema de la seguridad en otros términos, creo que hay un desafío que tiene que ver con enfrentar con otra mirada este proceso y no solamente hacerlo desde una trinchera, sino con un diálogo diferente hacia la ciudadanía.

—¿Qué es lo más desgastante de estar en campaña?

—En la dimensión física, he estado seis horas seguidas haciendo puerta a puerta, entonces me tiritaban las piernas, pero es parte de la actividad.

“Mentalmente, sobre todo el estar permanente abierta y a disposición de la escucha, pero creo que además de ser un agotamiento para cualquiera creo que es una gran oportunidad, porque en esos miedos, temores, desconfianza creo que hay claves muy importantes para enfrentar política y constitucionalmente cómo dar respuestas. Por ejemplo, aparecen mucho los elementos de desinformación y quizás puede ser desgastante. Yo creo que al día repito cómo es el proceso unas cien veces, pero creo que es un proceso pedagógico súper necesario”.

COMPARTIR NOTA