Con tragedia anda por estos días el presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín. Tanto que este martes pidió "misericordia" para su hijo, quien atropelló y mató a un hombre el pasado 19 de septiembre, cuando conducía por una carretera en la Región del Maule.

El senador salió a aclarar sus dichos tras el accidente y señaló que cuando emitió el comunicado de prensa no contaba con todos los antecedentes, pero que en lo medular no había faltado a la verdad.

Negó que por su condición de parlamentario su hijo tenga un trato preferencial y señaló que incluso en la audiencia de formalización Martín Larraín había sido representado por un defensor público.

"Estamos preocupados de que a este hombre de 24 años (su hijo) se le haga un juicio general simplemente por su conexión conmigo. Eso no es justo, no tiene culpa de ser hijo mío", explicó.

Agregó que "tiene la culpa de haber manejado en una zona descuidada, oscura, en un camino sinuoso (...) pero no por llevar mi apellido va a tener que recibir un trato particularmente duro", dijo.

"(Martín) tiene derecho a seguir su vida, muy marcado por la pena terrible de la pobre familia de don Héctor Canales, que murió en el accidente, pero tiene que volver a empezar. Por eso pido un poco de misericordia en este plan", agregó.

Lealtad mal entendida

Respecto de la obstrucción a la justicia, por la que están acusados los dos amigos que acompañaban a Larraín en el momento del accidente, el senador manifestó que lo importante es que nunca abandonaron a la víctima e intentaron prestarle ayuda.

Si dieron datos distintos a lo que realmente sucedió se debió "al temor, a la amistad, al deseo de proteger al amigo, todos factores humanos y comprensibles. Pero fueron a la policía a dejar constancia. No puedo inculpar a estos dos amigos que en el fondo está queriendo ser leales con su amigo, lealtad mal entendida".

Finalmente confesó que se excusará de participar en la comisión mixta que revisará la Ley Emilia.