La casona donde Augusto Pinochet descansaba los fines de semana, ubicada en el Cajón del Maipo, en medio de un paisaje acogedor y despoblado, fue arrendada a la Universidad San Sebastián para transformarla en una más de sus sedes.

Los árboles, la casa principal con sus enormes habitaciones, otro inmueble destinado a los huéspedes, el gimnasio y la biblioteca siguen igual a cuando en 1984 Augusto Pinochet la adquirió por 240 mil pesos.

Eso sí, la estructura fue transformada para fines universitarios. Botaron paredes, construyeron baños tipo escuela y ninguno de los muebles o libros pertenecientes a la familia Pinochet fueron conservados.

Los alrededores son ocupados para trekking, bicicleta de montaña, escalada libre en roca, buceo, cabalgata y supervivencia.

La idea de la univesidad es dar vida a un programa pionero en Chile para las prácticas de la carrera de Ingeniería en Expediciones y Ecoturismo. Además, acoger a jóvenes que se apronten a dar la PSU y necesiten una jornada desestresante.

La razón de haber arrendado la casona de los Pinochet y no otro predio con características similares es que "de quince lugares que recorrimos, este fue el más adecuado para nuestros requerimientos... De hecho, ni siquiera sabíamos que pertenecía a la familia Pinochet", dijo Joe Vidal, director de la carrera.

El arriendo de la casa es por diez años y fue negociado el 2009 con los abogados de Lucía Hiriart. Sólo en reconstrucción, la universidad ha invertido 50 millones de pesos, principalmente en mantenimiento eléctrico.

La universidad descartó realizar una política comunicacional para que se deje de hablar de "la casa de Pinochet" y se comience a decir la sede de la San Sebastián.

El 7 de septiembre de 1986,  Augusto Pinochet junto a su comitiva fueron atacados por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) al regresar desde su casona de descanso en El Melocotón, Cajón del Maipo.

El entonces general viajaba en su Mercedes blindado junto a su nieto, Rodrigo García, su edecán naval capitán de fragata Pedro Arrieta, y su conductor, el cabo 2º del Ejército Óscar Carvajal.

La embestida se produjo en la cuesta Las Achupallas y fallecieron cinco uniformados.

Tras el atentado, Pinochet dejó de asistir (paulatinamente) a su casona, dejándola ya abandonada hace una década.