Casona donde se mató "Antares de la Luz" da Cusco
A la ya misteriosa vida que llevaba el barbón autodenominado "Antares de la Luz", Ramón Castillo Gaete, se suma el fantasmagórico escenario que rodeó el suicidio del músico en la ciudad de Cusco, en Perú.
Los vecinos del sector contaron que en la casona donde fue encontrado el cuerpo sin vida del líder de la secta imputada por el sacrificio de un lactante en Quilpué, penan con escándalo durante la noche y se escuchan escalofriantes ruidos.
Según cuentan los más ancianos que viven en la histórica ciudad, hace varias décadas un acaudalado comerciante no soportó que su mujer se enamorara de otro, por lo que de un escopetazo la mandó al otro mundo. Luego se autoeliminó de un tiro en la cara.
Lúgubre
La leyenda fue creciendo de tarro en tarro hasta convertirse en un mito que los guías turísticos suelen contarle a los visitantes que llegan hasta la lúgubre vivienda de cuatro pisos ubicada en calle Saphi, y que está a pasos de un cuartel policial y a pocas cuadras de la Plaza de Armas.
Las autoridades de la ciudad señalan que se le conoce como la "Casa Embrujada" entre los cusqueños, y que además durante todo el día peregrinan drogadictos y delincuentes.
Estos últimos, eso sí, evitan pasar la noche en el lugar, ya que hasta los más valientes quedan pálidos por los ruidos de cadenas, llantos y gritos onda "dónde están mis hijos".
Así lo confesó el chileno Cristián Fonseca, quien días antes que se descubriera el cuerpo de Castillo había visitado la derruida construcción.
"Entramos por la curiosidad del misterio que la rodea. Es una casa muy grande, que no tiene una entrada muy común, se ingresa por una parte que está rota en un lado. Ahí grabamos un video", chachareó Fonseca en el programa "Más Vale Tarde" de Mega.
“La persona que guiaba el tour en Cusco nos contó sobre este asesinato. Después consultamos otras versiones que tenían mucho de mito, con muchas diferencias. Por eso nos entusiasmamos con la idea de entrar, aunque nos daba bastante miedo, porque es un poco terrorífica”, indicó el patiperro con los pelos de punta.
La fotógrafa peruana Ángela Romero confirmó en el mismo programa de Mega los dichos de Fonseca. "En la noche era difícil de habitar porque se decía que se escuchaban cosas y se suponía que estaba embrujada".
“La casa aún es un misterio y en la cultura popular de la sociedad cusqueña hay muchas historias sobre ella”, desembuchó tiritando la mujer del Rímac.
Lo único cierto en esta historia, es que el derruido palacete está en un litigio judicial, ya que no se le conocen propietarios.
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