Castañeda: "Los ahorritos que tenía ya se me acabaron"

No hay caso. La mayoría de la barra pop piensa que la solución a la crisis de Wall Street y su respectivo coletazo en polvo jaguar es tener un pariente futbolista, pero no de esos que, con cueva, integraron la selección comunal, donde los terceros tiempos son más intensos que los mismísimos noventa minutos, sino que aquellos que algún día fueron ovacionados por la hinchada, con copas en el currículum e idolatrados por las minas.
Pero al ver el caso de Cristian Castañeda, la tesis queda reducida a su más mínima expresión. Sí, pues el ex pelotero, quien fuera figura en la "U", ya no tiene ni para hacer cantar a Edmundo debido a la enfermedad que lo aqueja desde hace un par de años. "Se trata de acromegalia, un mal producido por el exceso de hormona de crecimiento. Mis manos están hinchadas, mis pies son más grandes que cuando jugaba, casi dos tallas", rconoció "Scooby", hoy ayudante de Luchito Musrri en Palestino.
-¿Pensaste que tendrías que dejar el fútbol?
-No, no hubo temor, porque no es una enfermedad limitante. Sí hay que controlarla, pues te puede llevar a la diabetes, ceguera, hipertensión y otras enfermedades mortales. Además, si hay algo que te da fuerzas es trabajar en lo que te gusta. Es más llevadero, como un bálsamo.
-¿Muy rudo el tratamiento?
-Es complicado, porque requiere mucho dinero y la acromegalia no la cubre el Auge ni las isapres. Sólo la inyección mensual me sale un millón de pesos y los ahorritos que tenía ya se me acabaron. Gracias a Dios en el fútbol tengo muchos amigos y han respondido. Costó tomar la decisión, pero necesitaba ayuda.
-¿Cuál es la idea para juntar platita?
-Haremos una cena el próximo jueves en el Havana Salsa y las entradas ya están agotadas. Lo pasaremos bien, contaremos con humoristas y un par de números musicales.
Por Natalia Galaz A.
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