Crónica

Chayanne: "Es triste que un hombre con su alegría se fuera así"

Provócame y Para tenerte otra vez, son clásicos que altiro recuerdan a Chayanne. Pero el galán sólo tiene la magia de interpretarlos, pues la letra y la neurona creativa son de Gustavo Sánchez, el genio que descubrió al ídolo.

Y como es obvio, el boricua no quedó ajeno al dolor por el fallecimiento de su mentor. Y en la web lloró con el triste notición: "Gustavo fue un compañero de la vida, alguien a quien respeté profundamente y quien me ayudó a desarrollar mi carrera en los primeros años. Juntos compartimos muchas cosas y guardo para mí gratos recuerdos".

“Es muy triste saber que alguien con su capacidad, sentido del humor y tanta vida aún por vivir, se vaya de repente. Mis condolencias a todos sus allegados, pero sobre todo a su madre, por quien siempre guardo un cariño muy especial. Dios le dé mucha fortaleza en estos momentos”.

La relación entre ambos tuvo un nacimiento peculiar. Cuando se fue de casa a los 13 años, Sánchez deambuló por diferentes oficios pa’ ganarse los porotos. Su búsqueda, casi siempre desafortunada, lo llevó un día a golpear la puerta de un restorán que estaba cerca de la quiebra.

Envalentonado, Gus, que por ese entonces tenía 16 primaveras, se paró sin temor frente al dueño del boliche y le dijo: “No tengo dinero, pero soy muy trabajador. Si me da la oportunidad de manejarlo por tres meses, le garantizo que pongo el restorán a funcionar... pero usted me hace socio suyo”.

Casi entregado a su destino, el hombre le confió su negocito a Sánchez, y le achuntó.

"¿Cómo lo hice? Abría jueves, viernes y sábado hasta las 5 de la mañana, para que toda la gente que venía saliendo de los teatros, viniese. Así empecé a conocer a mucha gente, es que en el ambiente me conocían, porque Puerto Rico es muy chico y mi madre era una actriz muy famosa", contó alguna vez en Mentiras Verdaderas.

Y entre todos esos famosillos y no tanto que pasaron por su local, un día apareció Ángelo Medina, reconocido mánager.

"Él me presentó a Elmer Figueroa un día. Yo ni sabía quién era, con suerte había oído hablar de Menudo... pero Ángelo me pidió que lo reemplazara en una gira y así descubrí a Chayanne", explica Sánchez esa primera chispa.

Con el paso del tiempo, Gus se convirtió en el mánager del boricua, pero no sólo tenían esa relación profesional, sino que eran amigos, casi hermanos. Confidentes, yuntas...

El vínculo entre ambos se extendió por 16 años, y estuvo lleno de éxitos, pues Chayanne consiguió consagrarse como uno de los grandes íconos de la canción latinoamericana, vendió discos como enfermo y pisó los escenarios más importantes del mundo.

La primera vez que Gustavo Sánchez y el morocho pisaron nuestro terruño fue en 1988, cuando Don Francisco les dio su tribuna en Sábados Gigantes.

El cariño del Gus hacia Chayanne siempre fue gigante. De hecho, alguna vez en la radiolina ADN contó sin asco que “si hubiese sido homosexual, mi primer amor habría sido Chayanne”.

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